Los cuatro sindicatos con representación sindical en el Centro Penitenciario de Tahíche, ACAIP-USO, FeSP-UGT, CSIF y CCOO, se concentraron este miércoles ante las puertas de la prisión en protesta por la agresión que sufrieron el pasado sábado tres funcionarios por parte de un interno.
En la concentración mostraron “solidaridad a todos los empleados públicos que resultaron lesionados" y denunciaron públicamente "la falta de medios tanto estructurales como materiales que sufrimos en el ejercicio diario de nuestro trabajo”.
Los cuatro delegados de los distintos sindicatos mostraron “su total satisfacción con la respuesta de los trabajadores del centro” a la convocatoria de concentración a la que estimaron que acudieron más de un centenar.
Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias) denunció esta semana la agresión por parte de un interno a tres funcionarios.
El sindicato ha criticado que no se haya activado el protocolo específico de actuación ante internos de "especial peligrosidad" y alertan de nuevo de la "falta de personal de vigilancia" que sufre el Centro poniendo en entredicho "algunos derechos de los trabajadores".
Según explica dicha central sindical en un comunicado, es la enésima agresión con la consiguiente concentración de protesta que se registra ya en Tahíche.
Tres funcionarios agredidos
Los hechos tuvieron lugar sobre las 20:00 horas del pasado 13 de abril, cuando un interno considerado como "muy peligroso procedente de Las Palmas" y con "numerosos altercados graves", tras discutir con otro interno rompió un palo de escoba y amenazó a los funcionarios.
"Ante la agresividad del interno se intentó que se calmara, momento en el cual comenzó a lanzar patadas y puñetazos hacia los funcionarios, teniendo que reducirlo y ser trasladarlo al módulo de aislamiento", señalan desde Acaip, que explica que como consecuencia de estos hechos, tres trabajadores necesitaron asistencia médica en la enfermería del Centro con heridas de "diversa consideración".
Posteriormente, en el registro de las dependencias del interno en cuestión se descubrió que otro interno tenía en su poder un “pincho carcelario”, por lo que también fue trasladado al módulo de aislamiento.