Plácida Guerra fue nombrada al comenzar esta semana consejera delegada de la empresa Insular de Aguas de Lanzarote SA (INALSA) por el Consejo de Administración de la empresa pública. Justo después, la consejera desmentía ante los micrófonos de la 95.8 que tenga intención de privatizar la empresa, tal y como se empieza a barruntar en no pocos círculos sociales, políticos y económicos. La razón, lo ocurrido en su anterior mandato con el famoso contrato sobre la potabilizadora de Janubio.
Aunque no quiso entrar en cuáles serán sus primeros pasos en el nuevo cargo, Guerra insistió en que no se va a privatizar la empresa. Sobre el conflicto con la UTE Edam Janubio, que reclama una indemnización de 10 millones de euros por la no ejecución del contrato que tenía para la construcción de una desaladora en el sur, prefiere esperar a que sean los servicios jurídicos los que le informen sobre el estado actual de la empresa pública para tomar después decisiones sobre el futuro de su gestión. Eso sí, ya tiene claro que quiere conseguir que “volvamos a tener Aguas Chafariz”.
Vuelve con ilusión
Esta es la segunda vez que Plácida Guerra se pone al frente de la gestión de Inalsa. Fueron muchos los que criticaron su trabajo anterior en este cargo, pero ella asegura que retoma la actividad “sin ánimo de revancha”.
Al contrario, Guerra asegura llegar con mucha ilusión y con el ánimo renovado y a pesar de que “me pilla en un momento personal un poco duro”, admitió que está convencida que no le va a “restar ilusión ni ganas de trabajar”.
Insistió en que tiene “mucha ilusión y vengo dispuesta a demostrar que se hizo una gestión no tan nefasta como criticó tantas veces el anterior consejero delegado”, al que acusó de haber seguido “una política miserable”.
“Cuando más críticas recibí fue en los cinco meses que me ausenté y estuve en Tenerife por asuntos personales y familiares”, recordó. Aún así, opta por olvidar lo pasado porque ahora sólo le interesa “trabajar de lleno y demostrar que esa gestión tiene su parte positiva” y mantener una actitud “sin revancha, sólo con ganas de trabajar”.
Primeros pasos
En cuanto al resto de su programa, la consejera delegada no tiene aún claras cuáles serán sus próximos pasos, pero sí que responderán a las directrices marcadas por su partido.
“Quiero llevar a cabo a raja tabla el programa del PIL”, explicó. Así, la consejera anunció que no tiene intención de privatizar y que si encuentra algo que no le “convence” lo denunciará, pero que también tiene la obligación de cumplir con los compromisos adquiridos formalmente por la empresa.
“No voy a meter en un cajón los contratos con los que se ha comprometido la empresa”, señaló, porque entiende que sería una falta de responsabilidad por su parte.
Además, la consejera se comprometió con el Consejo de Administración a cambiar su anterior posición “reacia”, como ella misma reconoce, ante los medios de comunicación, para cumplir con su obligación de difundir los temas de interés público que tengan que ver con Inalsa.