Fotos: Jose Curbelo
La nueva Comisaría de Arrecife está en funcionamiento y atendiendo al público desde este viernes. El edificio, que ha costado 2,5 millones de euros y cuyas obras empezaron hace dos años, tiene 3.000 metros cuadrados construidos con la posibilidad de ampliarse en 900 metros más. Uno de los servicios administrativos más solicitados en la Comisaría es la expedición del Documento Nacional de Identidad (DNI) y la tarjeta de residencia y trabajo para extranjeros. Los ciudadanos españoles podrán hacer los trámites de su carné y pasaporte en una oficina especialmente acondicionada para ellos, y a los extranjeros también se les atenderá en la primera planta del edificio en otro espacio con comodidades similares.
Por otro lado, el antiguo y deteriorado inmueble pasará a partir de ahora nuevamente a manos del Cabildo dado que dicho inmueble es propiedad de la Primera Institución.
La oficina técnica del Museo de Arte Contemporáneo realizó hace unos días un estudio de mediciones de la antigua Comisaría. Fuentes del MIAC aseguran que se trata de tener “un control sobre el espacio” y contar con datos de la estructura del edificio. Actualmente el inmueble no tiene uso ni destino prefijados.
Distribuciones por plantas
En la primera planta, además de las oficinas de tramitación de documentos de identidad, están ubicados los grupos de extranjería y estupefacientes, cada uno con oficina propia y acceso común por escalera a los calabozos situados en el sótano. Asimismo, hay un aula acondicionada para formación de policías, que también será utilizada como sala de instrucciones. Los vestuarios de las mujeres policías igualmente están en la primera planta, así como el servicio de atención a la familia, donde se atenderán los casos de violencia de género, entre otros. El despacho del sindicato y la oficina de la Policía Judicial completan la primera planta. El edificio, por supuesto, está acondicionado para que puedan acceder a él minusválidos.
En la segunda planta encontramos la secretaría y archivo de la Comisaría, una sala de reuniones y el despacho del comisario, mientras que en la planta de abajo o sótano está la Policía Científica, seis calabozos individuales, dos colectivos y dos más para menores. Además, una sala de reconocimiento, en la que los encartados no pueden ver a los ciudadanos que los identifican, el vestuario masculino, un parking para coches oficiales y, sin duda, la gran novedad: una galería de tiro.