"Hoy día 8 de febrero del 2015 y tras los hechos ocurridos en la sede de Izquierda Unida en Lanzarote en la pasada asamblea del dia 23 de enero, donde se justificó el rechazo de 43 afiliados y afiliadas argumentando expresiones como desembarco, invasión, gueto, al referirse a que la mayor parte de esas afiliaciones son musulmanes y parte de estos de origen saharaui, la actual dirección redacta un informe donde explica que a su criterio ya están suficientemente representados con dos personas, implicando en este conflicto al colectivo saharaui,y les acusa de querer ocupar y quedarse con la organización", explica en su nota.
Garzón asegura que lo que está denunciando son hechos probados con actas e informes escritos y grabaciones. "Son hechos graves que contradicen mis principios, y por este motivo no puedo ser parte de una segregación racial, cultural o religiosa, y más cuando se reconoce en el informe como un colectivo, sin que ninguno de ellos pertenezca a colectivo alguno", resalta.
De igual modo, señala que es "simplemente inadmisible" todo lo sucedido, añadiendo un documento en el que acusa al actual coordinador, Sebastián Castilla, de ser protagonista de un acto evidente de racismo al utilizar expresiones, para referirse a las personas que se querían afiliar, como "gentes de aspecto moruno de mentalidad chunga".
