La Asociación Profesional de Trabajadores Autónomos y Auto-Turismos de Lanzarote, que protagonizó hace ahora una semana un aviso de huelga por el supuesto intrusismo existente en la zona turística de Playa Blanca, ha solicitado al Ayuntamiento de Yaiza que se reduzca la frecuencia de las guaguas urbanas. Aunque finalmente el paro del pasado viernes fue anulado por los propios taxistas, ellos mismos han recogido por escrito entre sus pretensiones lo que les afecta otro de los sectores públicos que actualmente prestan servicio en el sur.
En su propues respecto a las guaguas urbanas, según ha tenido constancia este diario, reivindican que se reduzca la frecuencia de las líneas durante los festivos y los fines de semana, y que además se regule e inspeccione "el número de viajeros que van en las guaguas puesto que muchas veces los vehículos se ven a diario con el pasillo lleno de gente que viaja de pie".
Según la información a la que ha tenido acceso Crónicas, si bien en un principio el sector hablaba de intrusismo laboral, ante las explicaciones del Consistorio sureño, que aún debe reunirse con los taxistas, éstos han desvelado que entre sus peticiones se encuentra también la supresión de las líneas 60 y 61. La Asociación alega para ello que la guagua que hace estas rutas "realiza trayectos cada hora con el vehículo prácticamente vacío.
Sin embargo, desde el propio Cabildo insular de Lanzarote, el Centro de Datos manifiesta que estas son dos de las líneas mejor valoradas por los ciudadanos de la Isla. Así, trabajadores que antes tenían que utilizar el taxi para desplazarse a su puesto de trabajo y regresar luego a su hogar, emplean hoy en día estas líneas de forma masiva, con la consiguiente pérdida de trabajo e ingresos para el sector del taxi.
Otras de las reivindicaciones de los taxistas agrupados en la Asociación de trabajadores autónomos y auto-turismos de Lanzarote, a la que pertenecen taxistas de Yaiza, Tías y también Teguise, se basa en la eliminación del intrusismo que protagonizan, aseguran, microbuses, miniguaguas de agencias de viaje y vehículos particulares.
Defienden también la creación de un bonotaxi que permita dar servicios de transporte a pueblos o núcleos urbanos poco habitados, es decir, adonde no llegue la guagua.