Este viernes se conmemoró el Día Mundial de los Océanos. Con tal motivo la Comisión Insular de Coordinación contra las Prospecciones Petrolíferas que agrupa en la isla de Lanzarote a más de una treintena de colectivos, asociaciones y plataformas ciudadanas, además de todas las instituciones públicas de la isla, partidos políticos, sindicatos y otras entidades representadas, han querido salir al paso y aclarar algunas informaciones publicadas en estos días sobre la supuesta “compatibilidad de las prospecciones petrolíferas con el medio ambiente y la biodiversidad marina que se encuentra en las aguas de Lanzarote y Fuerteventura”, donde el Estado español autorizó prospecciones frente a estas costas, según ha explicado este sábado el Cabildo en nota de prensa.
Es por ello que la Comisión rechaza frontalmente la calidad y veracidad de dichas informaciones que aluden a la ausencia de impacto sobre la fauna desde actividades de prospección y perforación en fondos marinos.
Miembros de la Comisión, como la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en Canarias (SECAC) o la ONG WWF Adena, entre otros, recordaron la preocupación de la comunidad científica internacional, entre la que destacan referencias de instituciones de relevancia como el Ocean Futures Society, dirigido por Jean Michell Cosuteau, que a través de diversos estudios e informes existentes alertan del importante impacto que la contaminación química y acústica derivada de la Industria petrolera genera sobre la fauna marina y, en especial, sobre los cetáceos.
Advierten además que la afección y los impactos negativos sobre la biodiversidad marina se prevén elevados, tanto durante las propias actividades de prospección ya autorizadas por el Gobierno español, como por un eventual derrame que pueda afectar a las comunidades marinas presentes en las aguas y costas canarias, a partir de las áreas de explotación petrolífera.
De igual forma, desde la Comisión señalan que “la exposición a sonidos de suficiente intensidad provoca en los cetáceos reducción de la sensibilidad acústica temporal o permanente, desgaste de las células auditivas y afecciones anatómicas que causan daños irreparables e incluso, en algunos casos, la muerte”. El sonido introducido en el mar durante la prospección sísmica y la instalación de pozos produce “perdida de la habilidad de los animales para detectar a sus predadores, localizar alimento y socializar, lo que provoca también el abandono definitivo de las áreas habituales de uso, aun después de cesar la fuente de ruido”.
Además, el vertido permanente de “agua producida” al mar, resultante de las operaciones de perforación, mediante el uso de productos químicos para disminuir las fricciones, es una de las causas de contaminación más notorias de esta industria, alcanzando áreas muy distantes de las zonas de operación.
La ubicación donde el Gobierno de España ha autorizado a Repsol el inicio de prospecciones en Canarias, coincide con una de las áreas más importantes del mundo, en términos de biodiversidad marina. El archipiélago canario es uno de los lugares del planeta con mayores índices de biodiversidad, registrándose hasta el momento un total de 17.893 especies silvestres, de las cuales 5.232 pertenecen al medio marino. Aproximadamente un 30% de estas especies son endémicas de las islas. Esta zona contiene -a su vez- numerosos lugares de destacada importancia biológica y geológica, designados como espacios protegidos con diversas categorías de protección a nivel autonómico, nacional, europeo e internacional. Las aguas canarias también han sido declaradas por la Organización Internacional del Tráfico Marino (IMO) Zona Ecológicamente sensible al tráfico marino.
Por tanto, lejos de esa supuesta “compatibilidad” que defiende la multinacional Repsol o el propio Ministerio de Industria, Turismo y Energía, los estudios existentes -según la SECAC- indican que los efectos de la prospección sísmica afectará de manera importante y causará daños irreparables a la fauna marina en general, y a los cetáceos de esta zona en particular, y generarán además una alteración de la calidad de las aguas frente a las costas y playas de Canarias.
Esta Comisión pide, por tanto, la retirada definitiva del proyecto, y una apuesta clara y firme por el desarrollo e implantación de energías alternativas, independientes, sostenibles, limpias y mucho más económicas.