La consejera de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote, Maite Corujo, volvió a alertar esta semana de la falta de plazas para menores extranjeros no acompañados que hay en la Isla. Lo hizo el miércoles durante su intervención en el programa "A buena hora" de Crónicas Radio-COPE Lanzarote antes de que llegaran las dos pateras de los últimos días, una el jueves con seis posibles menores y otra este viernes con ocho personas que también dicen que lo son. Hasta que se puedan hacer las pruebas correspondientes que corroboren que esas catorce personas no alcanzan los dieciocho años, el Cabildo se está ocupando de otros quince chicos, lo que hace con notables dificultades teniendo en cuenta que no hay capacidad para abordar una situación así. Este día, además, no han parado de hacer gestiones, puesto que existe un compromiso del Gobierno de Canarias para poder derivar menores inmigrantes sin los problemas que se han puesto en el pasado.
"Yo acudí a una reunión con el Gobierno de Canarias en la que se nos puso en alerta de la posible oleada en la llegada de varias pateras. En Lanzarote nos pusimos entonces a buscar recursos y el Área de Medio Ambiente nos cedió una vivienda de manera temporal. Pusimos en marcha un dispositivo de emergencia con este fin y en su momento también los militares nos cedieron las literas, los colchones y todo el equipo se puso a trabajar en ese dispositivo", comentó nada más llegar al cargo alarmada por lo que estaba viendo.
En esta ocasión, antes de que se cerrara la semana con las dos embarcaciones nuevas, se mostraba algo más tranquila, aunque contundente a la hora de entender que la situación se podría desbordar en cualquier momento. "Actualmente hay 15 menores no acompañados procedentes de las pateras en el dispositivo de emergencia. La semana pasada tuve una reunión con la directora general del Menor del Gobierno de Canarias y le trasladamos la foto real de lo que está pasando en Lanzarote. Para nosotros era una situación muy preocupante porque para poder derivar a un niño a otra isla necesitamos las pruebas óseas, saber si realmente es menor o no porque el proceder es completamente diferente. Las pruebas estaban tardando muchísimo; nos veíamos colapsados; siempre con la alerta de si llegaba otra patera con menores porque no sabíamos dónde los íbamos a poner porque aquí las plazas son las que son y los centros terminaban hacinados. Es una situación muy complicada porque nos subvencionan lo que nos subvencionan. Hemos conseguido que la Dirección General del Menor se comprometa a que no haga falta la prueba ósea para derivar a estos chicos y eso nos permite pedir plazas en otros centros de menores que no estén tan saturados de otras islas", apuntó.
"Para nosotros es un desahogo que se puedan hacer estas pruebas en las islas a las que van derivados. Al final, la custodia del menor es regional, por lo que da lo mismo en la isla en la que se hagan las pruebas. Esto lo vemos como un logro de planificación porque nos habíamos visto en la necesidad de pedir auxilio", explicó.
Antes de que se produjera el frenesí de la llegada de este jueves y este viernes, la consejera del Cabildo de Lanzarote dijo que confía plenamente en la solidaridad del resto de islas, donde tienen capacidad para echar una mano en estos momentos con un problema tan sensible. "El resto de islas ir suele ser solidaria. El problema viene con la planificación porque supone un coste. El Gobierno de Canarias subvenciona una parte del coste del cuidado de estos niños y el resto lo pagamos nosotros. Hay cabildos para los que es un trago si su presupuesto no lo tiene contemplado. El compromiso del Gobierno de Canarias también es echarnos una mano con el presupuesto en lo que supone tener estos centros abiertos porque si no, nadie va a querer dar el paso y si uno se puede librar, pues se libra", señaló rotunda.
"Lo que yo pido a la directora general es que planifique el resto de recursos que hay en las otras islas y que se moje para que las islas receptoras no nos veamos suplicando plazas en otras islas. Nos dijo que el compromiso estaba. Es un problema para nosotros porque hace poco se han parado varios cayucos antes de llegar a la isla y si hubieran llegado, habría sido un desastre para nosotros", advirtió antes incluso de saber que finalmente se iba a cumplir unas horas después el peor de sus pronósticos.