Los Centros Turísticos y sus trabajadores no pudieron alcanzar un acuerdo y hoy comienza la huelga indefinida prevista. La representación de los trabajadores se reunió a las 13:30 horas de ayer con la dirección de la empresa, en un encuentro convocado por esta última, para intentar alcanzar un acuerdo y evitar la protesta convocada a partir de este uno de mayo, pero el nuevo intento fue fallido. El director del Ente Público Empresarial Local (EPEL), sin dar mayores detalles, dijo a las 16:00 horas que sólo hubo aproximaciones y anticipó que la postura oficial de la empresa se daría a conocer después del Consejo de Administración citado a las 17:00 horas. Pedro San Ginés, consejero de Centros Turísticos, cerca de las 21:00 horas y visiblemente cansado, dijo que habían trasladado una propuesta a los trabajadores en la que ratificaban la aceptación de sus peticiones pero pidiéndoles reconsiderar el cómputo de horas anuales trabajadas, punto en el que los asalariados han dicho que no están dispuestos a ceder.
Por su parte, Andrés Barreto, asesor de Intersindical Canaria, sostuvo que, como los trabajadores rebajaron el 80 por ciento de las pretensiones sin recibir una respuesta satisfactoria de la empresa, la protesta se mantiene. Los asalariados preparaban desde las primeras horas de la tarde el operativo para el inicio de la huelga. Los siete Centros Turísticos no prestarán servicio y, por tanto, no abrirán. Los trabajadores se apostarán en la puerta de cada uno de ellos reivindicado la negociación del convenio sin renunciar a derechos consignados en el vigente.
No a la flexibilización del horario
Barreto resumió el resultado de la reunión de ayer diciendo que no hubo acuerdo porque la empresa no está dispuesta a asumir un incremento de 140 euros anuales por trabajador. Entre otras rebajas, Barreto mencionó que los asalariados quitaron el plus de disponibilidad y cuatro pagas, además de poner sobre la mesa otros conceptos sin repercusión económica en el IPC y plantear un convenio transitorio hasta el 31 de diciembre de 2007. Asimismo, los sindicatos piden que los trabajadores de los Centros queden cobijados por la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) del Cabildo. “Es un planteamiento generoso y nos piden a cambio que los trabajadores flexibilicen el horario”, dijo Barreto. Es decir, que si a la empresa le hace falta que un trabajador labore 45 horas una semana o 30 horas otra, pues tendría que hacerlo. Sin embargo, los sindicatos recuerdan que la jornada de 35 horas se consiguió en cinco años. “Convencimos a los trabajadores para rebajar posicionamientos hasta el 31 de diciembre de este año y empezar a partir de enero de 2008 otra negociación distinta, pero no fue posible”, señaló Barreto pocos minutos después de abandonar la reunión. En caso de que la empresa decidiera abrir los Centros con entrada gratuita, subrayó Barreto, con un solo día de recaudación, por este concepto, solventaría las peticiones de los trabajadores. A la reunión, por parte de los trabajadores, asistieron los sindicatos Intersindical Canaria, Comisiones Obreras y UGT. Las tres organizaciones coincidieron en mantener la huelga. Esperaban una propuesta de la empresa pero, según informó Barreto, no llegó.
Se piden responsabilidad
Héctor Noda, representante de Intersindical Canaria y miembro de la mesa de negociación, dijo que la huelga era evitable si la dirección de los Centros Turísticos intentara al menos hacer “un acto de responsabilidad” para solucionar el conflicto, “pero no han dado ese paso”. Los trabajadores entienden que ese paso sería que la empresa estimulara un nuevo encuentro para recapacitar ambas partes y reconducir el diálogo. La firma de la negociación del convenio es la solución definitiva, aunque considerando las posturas de la empresa y de los trabajadores es casi impensable que en las próximas horas se pueda cerrar el convenio. La empresa también pidió responsabilidad a sus trabajadores.
Para los asalariados la negociación no debía haber llegado a este punto porque desde su óptica no era difícil alcanzar el consenso. Entienden que las reivindicaciones en las que están centrados no son tan costosas como las quiere hacer ver la empresa. “Nosotros simplemente pedimos lo mínimo, que son derechos de igualdad con el resto de compañeros del Cabido”, comentó el sindicalista, quien no entiende cómo una empresa que genera tantos beneficios no puede asumir las solicitudes de los asalariados. El cerrar el convenio significaría además desterrar los conflictos laborales de los Centros en los próximos cinco años.
Después de tantos encuentros de la mesa de negociación, el conflicto está enquistado porque a los trabajadores les parece bien que la empresa acepte los cinco puntos básicos de la negociación pero no a cambio de quitarles derechos adquiridos en el convenio vigente, “como el tema de la antigüedad que es muy importante para nosotros”. La representación de los trabajadores cree que la dirección podría buscar otras fórmulas para hacer más productiva la empresa, distintas a disminuir las condiciones laborales de sus empelados. El sindicalista aseguró que casi el cien por cien de la plantilla comparte la protesta.