domingo. 22.06.2025

Javier Betancort abandonará en los próximos días su acta de concejal en el Ayuntamiento de San Bartolomé para incorporarse al cargo de director gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Vino de Lanzarote. Con esta incorporación, el Consejo cumple con su promesa de profesionalizar la gestión. Por delante tiene varios retos. Una campaña que prevé unos 3,5 millones de kilos de uva, otros 3,5 millones de litros que siguen almacenados en las bodegas de años pasados, falta de implicación del sector hostelero de Lanzarote, y una estrategia de promoción continua por definir...

Acaba de asumir un reto complicado. ¿Cómo afrontará esta nueva etapa de su vida profesional?

Es un reto que asumo con mucha ilusión y un gran sentido de la responsabilidad. La viticultura es el principal sector agrario de Lanzarote si tenemos en cuenta la superficie cultivada. Hay que recordar que es algo más del 70%. Y no sólo es importante por la parte cuantitativa que maneja este sector, con sus más de 1.700 viticultores, 18 bodegas, los más de dos millones de kilos de uva que regula el Consejo, las casi 7.000 fincas registradas. También en su vertiente cualitativa el sector del vino genera un entorno paisajístico y medioambiental de enorme importancia para los millones de turistas que recibe Lanzarote.

¿Qué es lo primero que va a hacer en su nuevo cargo?

Hay dos tipos de líneas fundamentales, una a corto plazo y otra a largo. A nadie se le esconde a estas alturas del año que se avecina la cosecha. Hay datos que apuntan a que será una cosecha similar a los años 2005 y 2006, con más de 3,5 millones de kilos de uva. Esto hace prever que habrá un excedente en el mercado, incentivado por la crisis económica, que ha propiciado la bajada en el consumo del vino. Las bodegas tienen además más de 3,5 millones de litros almacenados. Es por esto, entre otras cosas, por las que el sector bodeguero ha solicitado que se eliminen las trabas administrativas que impiden ampliar las bodegas para poder asumir más cantidad. Esperamos que con la Ley de Medidas Urgentes y otras medidas, como el Plan Especial para La Geria y la revisión del PIOT se puedan encuadrar. La medida a corto plazo es buscar soluciones para no quede ni un kilo de uva en las parras. Este tipo de cultivo no es un cultivo tradicional. Si cualquier agricultor dejara el mantenimiento de la parra, esa parra ya no se podría recuperar, con el deterioro paisajístico y medioambiental que conllevaría. Por otro lado, en la línea de actuaciones a largo plazo, el Consejo Regulador, que en sus inicios se limitaba a controlar la calidad y el origen de la uva junto con las labores de la promoción, ahora ya no tiene que cantoral la calidad. Lo hace desde hace unos años el Instituto Canario de Calidad Agrícola. Por tanto, el principal fin del Consejo es ahora la promoción y difusión de la calidad del vino de Lanzarote. Queremos que las promociones que hasta ahora se han hecho de forma esporádica en colaboración con diversas instituciones sean mucho más constantes para que todos los agentes implicados sean conscientes de que se trata de un producto de enorme calidad, como se ha reconocido tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Hay que colocar al sector donde realmente se merece.

A la sociedad conejera le preocupa todo el sector, pero sobre todo su origen, que son los viticultores. En años pasados demasiado a menudo las bodegas han dejado de pagar la uva en tiempo y forma. Además, siempre se afrontan las cosechas sin precio. ¿Empezará el Consejo a regular de alguna forma estos aspectos de la vendimia?

El Consejo, como organismo público que es, está conformado por una parte de viticultores y una parte de bodegueros. Es evidente que hay una ley de mercado que no puede regular el Consejo. Pero ambas partes son conscientes que se necesitan mutuamente, y de que hay que mantener el campo, no sólo por los viticultores que hacen un enorme sacrificio, porque además no es su principal actividad profesional, sino también por los bodegueros. Tienen que ayudar a que ni un solo kilo se quede en las parras, a que se mantenga el paisaje, dentro del cual están enclavadas muchas de las bodegas. Tienen que ser conscientes del reclamo turístico que constituye la viticultura. Desde el Consejo Regulador, sin embargo, tratamos centrarnos en la promoción del vino. Si tiene salida clara este producto, evidentemente las bodegas venderían todo el vino, podrían comprar toda la uva de producción insular, y como consecuencia el precio subiría. Es decir, no queremos que sea un cuello de botella la producción sin salida. Un dato: se descorchan 12 millones de botellas en Lanzarote. Se producen 2 millones de botellas de vino de Lanzarote, pero sólo se consumen un millón y medio. Por tanto, algo está fallando. Podemos hablar mucho de la promoción, de la difusión, de la implicación del sector hostelero y de las instituciones, de los medios de comunicación, etcétera... Si toda la producción se consumiera, y hay mercado insular para ello, no hablaríamos de la polémica de precios y del excedente de producción. Está claro que ahora mismo hay problemas estructurales que hay que resolver. Sin embargo, faltan dos o tres meses para la vendimia, y hay muchas soluciones sobre el tapete. Hay una colaboración de lo más fluida con las instituciones, sobre todo con la Consejería de Agricultura del Cabildo para buscar esas soluciones.

Otro problema pendiente de resolver es la prohibición de entrar con recipientes de cristal a los aeropuertos europeos. Todos sabemos que AENA ha hecho excepciones con las ensaimadas en Baleares o las tartas de Santiago. ¿Se está luchando para que se haga excepción con el vino de Lanzarote?

Los propios bodegueros han estimado que en los últimos dos años se han dejado de vender unas 800.000 botellas. Se han mantenido contactos con las autoridades aeroportuarias y se han logrado avances en este sentido. Existe un pequeño envoltorio donde se permiten facturar el vino. Lo ideal es llevarlas en el equipaje de mano. Se están estudiando los ejemplos de excepciones que han salido adelante no sólo en España, sino en el ámbito europeo. Estamos intentando buscar un modelo para Lanzarote. Se quiere buscar la colaboración de todos los agentes implicados en la cadena del vino. De hecho, pronto se solicitará una reunión con las autoridades del aeropuerto de Lanzarote para hablar de muchas cosas. Este es un tema que con buena voluntad se puede solucionar con la implicación de AENA. Hay que crear conciencia entre todos. Basta recordar que Lanzarote es la zona de Europa con mayor producción de uva malvasía, una uva de reconocida calidad a nivel internacional. Y eso hay que explotarlo. No podemos competir en precio por los elevados costes que tiene la producción artesanal de nuestro vino, pero si podemos competir en calidad, en promoción y difusión.

Con esta nueva labor profesional, ¿abandona definitivamente la política?

Nunca se puede decir que algo se abandona definitivamente, pero está claro que he tenido una etapa política muy dinámica y muy interesante. Ha sido una etapa de mi vida bonita. Han sido cinco años representando al municipio de San Bartolomé lo mejor que podía. Pero se me abre una etapa profesional muy bonita, e incluso con más responsabilidad en la medida de las implicaciones que conlleva. La política es una etapa que cierro sin pesar, de forma alegre, por que lo he intentado hacer lo mejor que he podido.

Javier Betancort: “Si toda la producción de uva se consumiera, y hay mercado insular...
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