martes. 16.04.2024

Ha muerto Juan de Dios Román, referente del balonmano español y leyenda de los banquillos. El que fuera seleccionador durante una década, repartida en dos etapas, ha fallecido tras sufrir el jueves un derrame cerebral irreversible. Para siempre quedará su sonrisa y su amabilidad, señas de identidad de un tipo hecho a sí mismo que supo continuar la estela de Domingo Bárcenas para impregnar un estilo propio al balonmano nacional y llevarlo a sus cotas más altas. Este domingo, como es lógico, el deporte de más éxito en Lanzarote estará de luto por una figura insustituible y que tiene enormes vínculos con la Isla. El último, según ha podido saber este diario, es que ha escrito el prólogo de un libro que está preparando Lorenzo Lemaur sobre la historia del balonmano local. 

🖤 Juan de Dios Román, icono del #Balonmano español, figura clave en su desarrollo y éxitos, ha fallecido a las 77 años al no superar un derrame cerebral.

Toda una vida dedicada a nuestro deporte. Nos dejas un legado incalculable.

Allá donde estés, #DEP. Ya te echamos de menos. pic.twitter.com/ZyINvPPhs8

— RFEBalonmano (@RFEBalonmano) November 28, 2020

Hay pocas figuras que vayan tan vinculadas a un deporte como la de Juan de Dios Román y el balonmano. El extremeño, nacido en Mérida en 1942, se entregó durante casi toda su vida al deporte que amó, impartiendo su sabiduría en colegios, clubes y en la selección, a la que llevó al podio olímpico en dos ocasiones.

Juan de Dios era un tipo amable y feliz, al que le gustaba mandar siempre un mensaje de optimismo a su entorno. Alegría que captaban los jugadores y que contribuía a crear un ambiente magnífico en las concentraciones. Esa fórmula de trabajo y felicidad la adoptó cuando empezó a entrenar en el Colegio Jesuita de Chamartín en la década de los 60 y no la abandonó nunca.

En solo siete años, el técnico estaba ya al frente del Atlético de Madrid, que por entonces era el mejor equipo de España de balonmano. Una época muy fructífera en la que empezó a destacar por sus métodos de vanguardia en un deporte que habitualmente había carecido de ellos. Como entrenador rojiblanco conquistó cinco Ligas y cinco Copas.

En 1985 le llega su primera oportunidad como seleccionador, en la que, a falta de títulos, consigue modernizar las estructuras y poner las bases de lo que más tarde sería la época dorada del balonmano español.

De vuelta en el Atlético, en 1990, tan solo puede asistir a la disolución de la sección del club, que regresaría años después, pero ya sin el brillo de antaño. Entre 1995 y el año 2000 regresa al banquillo de España y, ahora sí, consigue poner al fin a la selección en un lugar de privilegio. Dos platas europeas (1996 y 1998) y un bronce (2000), salpicados por las dos medallas olímpicas (bronce en Atlanta 1996 y bronce sn Sídney 2000).

Aquellos éxitos sirvieron como impulso para lo que vendría después. Los dos oros mundiales (2005 y 2013) y los dos campeonatos de Europa (2018 y 2020). Todos ellos los vivió como si fueran propios, pues su amor por el balonmano no entendía de egos. De hecho, alguno de esos títulos los vivió como comentarista de televisión, donde encontró un hueco para seguir impartiendo su sabiduría y su conocimiento de este deporte.

Su último banquillo fue el del Ciudad Real, que a principios de siglo se convirtió en uno de los clubes más poderosos. Lo llevó al título de Liga y también a la final de la Copa de Europa, que perdió ante el todopoderoso Barcelona.

Agotada su etapa cerca de la pista, Juan de Dios siguió ayudando al balonmano, esta vez desde los despachos. Primero como director deportivo del conjunto manchego y ya en 2008 como presidente de la Federación Española.

Una de sus primeras decisiones al llegar al cargo fue nombrar a Valero Rivera como seleccionador. Elección clave, pues con él se alcanzó por segunda vez el éxtasis en el Mundial. La Federación salió fortalecida tras su paso y eso que poco a poco la crisis había ido apagando los focos que alumbraban el balonmano. Aun así, su luz siguió apuntando hacia el deporte que había marcado su vida, vinculado siempre a él de una u otra manera.

En 2019, durante la entrega de los Premios Nacionales del Deporte, desveló que estaba luchando contra un cáncer. Finalmente, ha sido un derrame cerebral el que ha terminado con su vida, aunque su legado y su sonrisa quedarán para siempre.

Muere Juan de Dios Román, un símbolo del balonmano español
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