Por Ramón Pérez Hernández
Jorge Coll, en su Encíclica urbi et orbi, difundida en el Visto Bueno “La gran Infamia” (11.04.08, Lancelot) delirantemente, confronta lo no hecho por las Administraciones Públicas de Lanzarote, con ...”perseguir a hoteles de lujo y a la industria que ha sacado a esta isla de la miseria”...; ...”cuanto peor esté el problema de las instalaciones hoteleras mejor para los que han medrado y pretenden seguir haciéndolo a costa del ecologismo ramplón; ...criminalizan a nuestra gente” (‘sus' hoteleros). Y fustiga: “¿Por qué molesta tanto a algunos que hayan nacido empresarios fuertes en la isla que crean riqueza?” ...¿Entonces porque esa criminalización a nuestros empresarios”. ...”Hace 30 años en Lanzarote casi no existían promotores turísticos de la isla. Todos eran importados...”. ...”Sólo les interesa el urbanismo para seguir viviendo del rollo y seguir extorsionando”...
Para mí, el autor diseñó la Encíclica con hostilidad, pues me da la impresión que no tiene ni idea de los anales turísticos de Lanzarote. Lo que Jorge Coll pretende trasladar a los jóvenes, a los olvidadizos... en su ‘gran infamia' sobre la industria turística insular, no es de recibo. Antes de que Jorge naciera, con el Parador de Turismo (1.947/48) se puso la primera piedra del posterior “Boom turístico” de Lanzarote, claro con el ‘valor añadido' del colosal paisaje de Lanzarote, (agricultura, viviendas campesinas, enarenados, La Geria...), tal vez único en el mundo, diseñado y construido con amor y sudor -léase dinerito- por nuestros geniales agricultores. Siguió la historia con la maravillosa genialidad y formidable valor añadido, repito, de los Centros de Arte y Cultura del Cabildo (“CACT”), antes de que Jorge Coll, insisto, viniera a este mundo, al iniciar César el portento mundial de “Los Jameos del Agua” (1960), y resto de los “CACT” costeado con dinero del Cabildo (léase pueblo de Lanzarote), arrancando definitivamente el turismo en la Isla siendo Coll parvulito (¿1.964/66?) con el ‘Hotel Fariones' promovido por el madrileño D. Vicente Calderón (el del Atlético de Madrid) y el canario D. Virgilio Suárez Almeida, ayudados generosamente por los lanzaroteños de pro D. Ginés de la Hoz Gil, siendo Alcalde de Arrecife y D. José Ramírez Cerdá, Presidente del Cabildo, además de por César y por la genial iniciativa y fundamental ayuda de los hermanos Díaz Rijo (D. Manuel y D. José), que montaron Termolanza para producir energía eléctrica y desalar agua, trascendental decisión, valiente y arriesgada y ¡primera! en la historia de Europa. Se inauguró el Hotel Fariones, su Urbanización y poco después el Hotel San Antonio, ambos con viviendas y Servicios Sanitarios para los trabajadores. Los Bungaloes y apartamentos de la Urbanización Playa Blanca, S.A. (promotora del Fariones) fueron comprados para explotación turística por inversores de Lanzarote, alemanes e ingleses. La rentabilidad resultó tan superior, (cada apartamento producía al mes unas 120.000 pesetas, limpias de polvo y paja: 720 euros), que la buena nueva corrió como la pólvora en la isla, y, como una magia, los lanzaroteños de todas clases, lúcidamente, se apuntaron al potente y copartícipe carro. Miles de familias invirtieron masivamente en las urbanizaciones que se ejecutaban en Puerto del Carmen. Y durante 25 años D. Jorge, gozamos de una época de maravillo esplendor económico y social solidario, con reparto equitativo de la riqueza y rentas; tráfico soportable, precio lógico de la alimentación, delincuencia nula... Es decir, se crecía con método, como por experiencia antiquísima gusta a los isleños. Había seguridad en el empleo, sueldo dignos, labores sin ‘agobios'...
Mira Jorge, tu ficción de caperucita y ‘empresarios', no me convence. El exceso de camas edificadas (más de ¡7.000! ilegales: ¡qué desfachatez!), sin respetar el control del crecimiento, por sensatez y ‘sostenibilidad' (¿?), no ha servido sino para mutilar la economía insular, a favor sólo de quienes todos sabemos. Analiza hombre la situación actual: Trabajo en precario, sueldos a menos, jornadas de trabajo excesivas; desempleo ascendente; inflación galopante; oscura ocupación de territorio virgen. Es escandalosa la reducción de la benefactora renta turística, a las miles de familias conejeras inversoras en el sector, siendo perversamente desnaturalizadas sus inversiones, al habérseles congelado con ‘vivacidad superior'... y el ramplón 'todo incluido' desplegado en los hoteles de lujo, para mas inri, edificados con ayuda europea. Pero lo más triste, lo más penoso, lo más peregrino Sr. esotérico D. Jorge, es que los hoteles de lujo de sus señalados empresarios, han consumido territorio virgen de esta grandiosa tierra, desoyendo borricamente las expertas opiniones de César en su Manifiesto “Momento de Parar” (¡1.985!) y, despreciando rehabilitar inteligentemente, las camas obsoletas del territorio ocupado. ¡Vaya desalmada inteligencia de tus elegidos, Jorge!... Tus ‘fuertes empresarios creadores de riqueza' (¿para quien?) debieron afrontar la labor mercantilista de sus proyectos enfocados a preservar el territorio virgen con sus recursos naturales, y hacer extensivo su disfrute a todos.
