Por Yolanda Perdomo
De entre todos los factores que han de potenciarse en el futuro inmediato para hacer de Canarias una región competitiva y dinámica, tres resultan absolutamente claves: el capital humano, las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y las relaciones con África. Y es fundamental que su potenciación se lleve a cabo desde todos los ámbitos, incluyendo a las corporaciones locales. La pregunta que cabe plantearse es si los regidores municipales son conscientes de la importancia de estas cuestiones. Que exista una amplia difusión de las tecnologías de la información y comunicación entre los distintos agentes económicos es un asunto de carácter estratégico, puesto que éstas tienen un claro efecto sobre la productividad, el empleo y el crecimiento económico. Sin embargo, en Lanzarote por ejemplo, a día de hoy, existen amplias zonas a las que no llega la banda ancha, y la implementación en los consistorios de sistemas de contacto en línea con los vecinos, la administración electrónica, es escasa, por no decir inexistente.
Por otro lado, no se aprecia en el ámbito insular de las formaciones políticas que previsiblemente regirán en breve en buena parte de las instituciones lanzaroteñas ninguna referencia de peso a la mejora del capital humano. Se habla hasta la saciedad de reforzar la competitividad del sector turístico, de complementar la oferta turística, de evitar el monocultivo económico, y sin embargo no se habla de manera contundente de los mecanismos que pueden conducirnos a ello: mejorando y simplificando las reglamentaciones, garantizando mercados abiertos y competitivos, potenciando el desarrollo de las TIC e invirtiendo en capital humano.
Hay varios datos a tener en cuenta; en primer lugar, que a través del Séptimo Programa Marco de Investigación, la UE va a invertir en TIC 9.000 millones de euros entre 2007 y 2013. En segundo lugar, que el marco financiero 2007-2013 presupuesta 74.098 millones de euros para la rúbrica denominada “Competitividad para el crecimiento y el empleo”, que se centra en aspectos tales como la investigación, la educación y las redes transeuropeas, otorgando mayor énfasis a la inversión en capital humano a través de la mejora de la educación y las cualificaciones, e incluyendo un programa para el aprendizaje permanente.
Sabiendo que nuestro país se encuentra a la cola en el desarrollo de la Sociedad de la Información, y que dentro de éste, Canarias no está precisamente a la cabeza. Sabiendo que el nivel educativo en nuestra región dista mucho de ser el deseado, cabe preguntarse cuál es el papel de la educación y la asignación a inversión en capital humano en los documentos de ruta de aquellos que han de ostentar responsabilidades de gobierno a nivel local en los próximos días. Lo deseable es que a nivel local se le otorgue el grado de importancia requerido a una cuestión que es imprescindible en nuestro futuro. Lo esperado es que exista una verdadera conciencia no sólo de Canarias como un todo, sino de su lugar en el todo.
De África ya se habla generalizadamente en estos días; sin embargo, sin capital humano ni tecnología no pasaremos de servir de mero puente hacia ella. Geográficamente situados en el futuro, debemos interactuar con África en la mejor posición posible, a todos los niveles, sacando el mejor provecho a los mecanismos y los medios disponibles en el ámbito europeo a través de los acuerdos mediterráneos de asociación y el Acuerdo de Cotonú. No miremos hacia arriba, que la iniciativa está a pie de calle; en el ámbito empresarial y en sitios como los ayuntamientos y los cabildos, donde también debe plantearse, en la medida que se pueda, una firme aportación a lo que deseemos ser en los próximos años.
