Dios los cría y ellos se juntan o mejor la ambición les hace extraños compañeros de cama, catre o saléa. Don Luc River -( enano plural de mente carcomida por el virus del gusano de la ignorancia )- se ha "matrimoniado" con el cachanchan de Elvis para conformar un dúo de aquí te espero. Laboran en pro de la percepción abundante e indiscriminada de dinerillos oficiales que les permitan mantener posiciones dinerarias de privilegio sin importarles procedencia y decencia. Se unieron para hacerse con un curioso poder económico y uno de ellos, el ratoncito, quedó tirado cual colilla pestosa en el camino repugnante de su desmedida ambición. El otro -( maniobrero de nombre y renombre)- le dejó tirado cual arretranco maloliente. El músico sabe muy bien como parapetarse tras las trincheras de sus validos y así unos se llevan los bofetones mientras él saca rentabilidad del manjar apetitoso de los caudales públicos. Se parecen ambos, los dos, con el calvo multiforme y hasta con el Bolchevique sin olvidar, por supuesto, al Berberechito cornupeta que también se las gasta a la hora de intentar romper con la cornamenta el muro que le separa del talego.
