Canarias se muere antes porque nos están matando vivos

¿Saben por qué los canarios tenemos menos esperanza de vida que casi toda España? No, no es el clima, ni la sal del mar, ni que comamos demasiadas papas arrugadas. Es porque nos están matando en vida. Poco a poco, con la paciencia cínica de quien te roba la casa, te deja sin médico y luego te dice con una sonrisa que qué suerte tienes de vivir en el paraíso.

Éramos el lugar donde se vivía más, y ahora nos convertimos en una estadística de segunda. Canarias tiene la segunda menor esperanza de vida del país. Y no, no es casualidad. Tiene que ver con que aquí los jóvenes no podemos quedarnos. Porque no hay vivienda. Porque lo poco que hay cuesta más que una hipoteca en Madrid, pero con sueldos de miseria y contratos que duran menos que una vela en Fuerteventura un día de calima.

Canarias es hoy el patio trasero de recreo de media Europa. Todo para el turista, nada para el canario. Construyen hoteles, resorts, viviendas vacacionales, pero a ti te dicen que no hay suelo para hacer vivienda pública. ¡Y encima tienen la poca vergüenza de culpar a la burocracia! La misma que desaparece cuando se trata de licencias para un campo de golf o un beach club.

Y mientras tanto, los de Coalición Canaria se sacan fotos en Fitur, como si fueran ministros de un país que no existe. Y el PP, con su habitual sensibilidad social (nula), se limita a defender los intereses del que tiene más. Son los mismos que llevan años gestionando el urbanismo, la sanidad, la economía... y el resultado está a la vista: una juventud exiliada, una sanidad colapsada y una población que, literalmente, vive menos.

Pero eso sí, la marca Canarias sigue vendiéndose como exótica, saludable y tranquila. Para el que viene de fuera, claro. Para el canario de a pie, lo que hay es ansiedad, sueldos que no dan ni para un alquiler compartido, listas de espera eternas y un futuro que se compra en Ryanair si quieres sobrevivir.

No nos morimos antes porque sí. Nos matan cada día que un joven se ve obligado a emigrar. Nos matan cuando una madre duerme en el salón porque su hijo de treinta no puede emanciparse. Nos matan cuando priorizan hoteles sobre hospitales, turistas sobre vecinos, y cemento sobre dignidad.

Canarias no tiene un problema de esperanza de vida. Tiene un problema de políticos sin vergüenza, de intereses cruzados y de un pueblo que empieza a despertar. Porque o despertamos, o nos siguen vendiendo como decorado de postal mientras nos entierran antes que al resto del país.

Ya está bien. No queremos vivir más para servir mejor. Queremos vivir mejor, para no tener que irnos. Porque esta tierra es nuestra, aunque nos la quieran alquilar por noches.