Recién llegado de pasar unos días por el norte de España, para desconectar y también para conocer cómo están las cosas en otros lugares, es llegar a Tenerife y me entra un cabreo que me cuesta asimilar, a pesar de que no me pilla de nuevas, y he hablado ya de esto en un artículo reciente. Pero creo que vale la pena por la evidencia sangrante que resulta de la comparación.
Vamos primero con el asunto alimentario que clama al cielo, y es la diferencia abismal de precios de los alimentos que hay entre un Mercadona de Huesca capital y otro de Santa Cruz de Tenerife. Les pongo solo algunos precios para no cansarlos pero el sobrecoste exagerado de Canarias se da en prácticamente todos los productos.Lo más escandaloso de todo y por eso va lo primero, es que los plátanos de Canarias sean más caros en Canarias que en Huesca. Además de un escándalo esto tiene otro nombre: especulación descarada. ¿Por qué en este caso no influyen los sobrecostes del transporte de llevar los plátanos desde Canarias hasta Huesca y a la inversa sí que afecta para los alimentos que se traen a Canarias desde la Península? Esa es la excusa que nos ponen, la realidad tiene otro nombre: especulación pura y dura, altísima demanda y falta de control o intervención política.
Con los aguacates sucede tres cuartos de lo mismo. Aguacates, que no se producen en el norte de España en ningún lado, y sin embargo los tienen dos euros más baratos que en Canarias donde sí somos productores y exportadores de aguacates. De nuevo la alta demanda, disparada en Canarias, y la especulación. Los productores lo saben y suben los precios de manera indiscriminada, convencidos de que pongan el precio que pongan se los van a comprar. Nuestra clase política, acomodada y bien forrada, sobre este asunto ni saben ni hacen absolutamente nada, con ellos no va el problema de la cesta de la compra.
A continuación adjunto algunos precios más con el diferencial abismal en contra de Canarias para que se indignen un poco más. En torno a un 100 por 100 más caros la coliflor, el calabacín, los espárragos, las judías verdes y otro montón de productos. Y eso teniendo como tenemos en Canarias los sueldos más bajos del país, más bajos que en Huesca. Y como nadie controla nada absolutamente en el mercado alimentario de Canarias, tenemos unas ayudas a las importaciones llamada REA, que solo sirven para enriquecer a los intermediarios y desincentivar la producción local; y tenemos un arancel llamado AIEM que se supone que es para proteger a los productores locales, pero como no tenemos apenas producción local, este arancel solo sirve para encarecer los productos aún más, para enriquecer a todos los que hay en la cadena más allá de la agricultor o el ganadero, y para que el Gobierno de Canarias nos saque los cuartos para pagar a sus carguitos y asesores de confianza (de esto hablaré en próximo artículo).
Recuerdan que hace algo más de un año planteamos esta batalla desde la Plataforma Canaria frente a la Emergencia Alimentaria, nos reunimos con consejeros y demás cargos y presentamos propuestas de fiscalización y mejora a las instituciones. De todo aquello sólo quedó la lucha, porque sus señorías ni caso.
Otra cuestión de la que deberíamos aprender de provincias como Huesca, también relacionada con lo de alimentarse. Y es que allí, en cualquier zona mínimamente turística comer al menú te sale de 25 a 35 euros, si estamos hablando de zonas de currantes el menú ronda los 18 euros. Y esto sin la saturación que tenemos aquí (muchas zonas del norte de España son casi España Vaciada). Es lógico y parece de perogrullo: los supermercados son baratos, los restaurantes caros, una cuestión es de primera necesidad, la otra es un lujo, y cobrando más caro en hostelería los trabajadores también pueden cobrar más, y todos contentos. En Canarias, como ya sabemos, se opta por lo contrario: de locos.
Parece pues que en Huesca optan por subir el nivel del destino. Ponen en valor lo que se ofrece, también en la restauración. En Canarias nos vendemos muy barato, con sueldos muy bajos a los empleados y toda la ganancia para el empresario, con precios de Suiza para todo lo básico: de juzgado de guardia
Les adjunto también una foto con los precios del combustible de hace un par de días en una gasolinera de Huesca capital. Cómo ven apenas unos pocos céntimos más caros que los precios de Canarias, y eso si no nos vamos a las islas no capitalinas, donde puede que estén hasta más caros. La realidad es que los combustibles en Canarias deberían estar entre 40 y 50 céntimos más baratos, al no tener ni IVA ni impuesto especial a los hidrocarburos. De nuevo nos encontramos con la misma problemática: alta demanda, ausencia total de control de nuestras administraciones y especulación pura y dura de los productores. ¿Podemos llamar corrupta ya a toda nuestra clase política, o todavía no?
Con la protección del medio ambiente y de la población local mejor ni les cuento. En la mayoría de pueblos de Huesca está prohibido a los no residentes aparcar en el casco urbano, debiendo dejar los coches a las afueras y acceder caminando. Nada que ver con el caos habitual que tenemos en Masca, Anaga, el Teide y otros espacios y pueblos de Tenerife.
Lo último, cierto, con el acceso a la vivienda también tienen problemas en Huesca, en parte también por el impacto del alquiler vacacional, aunque los porcentajes allí son bastante menores y la administraciones de Huesca, por lo que leo, ya se han puesto manos a la obra para limitar el alquiler vacacional. Con todo, la comparación con Canarias nuevamente es desalentadora. Porque el precio medio del alquiler en Huesca, según el portal Idealista en abril de 2025, era de 8,85 euros por metro cuadrado; en la provincia de Santa Cruz de Tenerife a esa misma fecha en el mismo portal, el precio medio ronda 15 euros por metro cuadrado. Aquí en Canarias, sus señorías todavía están dándole vueltas a ver si hacen algo con la vivienda.
Y bueno, hasta aquí el artículo indignante de hoy. Ya de vuelta, la realidad canaria me recibe con un cartel: ¡Bienvenido al infierno (si no tienes suficiente dinero)!