La Policía Nacional detiene a nueve personas por delitos contra la prostitución y la Ley de Extranjería en Gran Canaria
El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido en Gran Canaria a nueve personas reslacionadas con la operación 'Copérnico' contra delitos de prostitución, los derechos de los trabajadores y la Ley de Extranjería, que suma ya 44 detenciones desde su inicio, en 2007.
La última intervención se realizó a finales del presente mes, cuando tras un operativo policial que procedió a la entrada simultánea en tres clubes dedicados al alterne y a la prostitución, concretamente los clubes nocturnos New Claudine, en Playa de Inglés; y Las Rosas, en San Agustín (San Bartolomé de Tirajana); y Eve, en Puerto Rico (Mogán), todos ellos responsables de los locales, además de dos mujeres.
De los nueve detenidos, siete son los actuales propietarios de los clubes o personas relacionadas directamente con la dirección de los mismos y antiguos propietarios anteriores a los que aún no se les había detenido. Se les imputan varios delitos, desde como inducción a la prostitución (incluido a menores de edad), asociación ilícita, delito contra los derechos de los trabajadores, amenazas y coacciones.
Así, fueron detenidos en esta última fase Marwan Nassib E. H., alias 'Marco', de nacionalidad española, de 46 años, dueño del club New Claudine; Waldemar Juliuzs C, alias 'Waldek', polaco, de 39 años; Jovanka B., alias 'Gina', serbia; de 30 años; Piotr J.B., alias 'Pedro', polaco, de 40 años; Gisela L., alemana, de 67 años, dueña del club Eve; Antonio S. G. de 46 años, nacido en Agüimes, dueño de los clubes Las Rosas y Punto Rojo; y José Daniel G. B. de 40 años.
Además, se procedió a la detención de dos mujeres por estancia ilegal, las cuales trabajaban en los citados clubes: Diana N. A., de 33 años, natural de Guinea Bissau y Iulia P., de 35, natural de Ucrania. Todos los detenidos, tras la finalización de las diligencias policiales, fueron puestos a disposición de la Autoridad Judicial.
Larga operación
La Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Las Palmas da así por concluída la operación, iniciada en 2007, y cuyo desarrollo ha constado de distintas fases. Primero, en octubre de ese año se detuvo a siete personas, cinco de ellas de origen polaco, cuando iban a materializar el secuestro de una familia (matrimonio y sus hijos) en la isla de Lanzarote.
Calificados como muy peligrosos por las autoridades polacas, iban armados y pertrechados con material e indumentaria militar, encargo por el que hubiesen cobrado una sustanciosa cantidad de dinero, señala la policía en una nota. La planificación del secuestro duró varios meses, habiendo cobrado por anticipado la cantidad de 6.000 euros para cubrir los gastos de los preparativos.
Más adelante se produjo la detención de seis individuos extranjeros reclamados internacionalmente por autoridades judiciales, todos buscados por delitos graves cometidos en sus países de origen (homicidio, crimen organizado y tráfico de drogas), siendo extraditados posteriormente a los países reclamantes. Cuatro de ellos residían de forma habitual en el sur de Gran Canaria.
El siguiente paso, recuerda la policía, fue la desarticulación de una red internacional formada principalmente por ciudadanos polacos dedicada al tráfico ilícito de vehículos. Estos se dedicaban a sustraer vehículos de gama alta, para luego llevarlos a países del este de Europa, donde eran vendidos tras falsificar la documentación y cambiar sus números de bastidor.
Los agentes trasladaron entonces la investigación a la zona del levante español, lugar donde más activamente “trabajaba” esta red, apunta la policía, ya que allí estaban ubicados los talleres donde preparaban los coches para poder cruzar la frontera. En esta intervención se procedió a la detención de 22 personas (16 polacos, un rumano y cinco españoles).
Denunció una ucraniana
La denuncia de una ciudadana ucraniana que manifestó haber sido obligada a ejercer la prostitución en un club del sur de esta isla, provocó el desarrollo de la investigación por la que se tuvo conocimiento de que estos clubes estaban vinculados a ramificaciones de mafias checas y polacas, que se dedicaban a introducir mujeres en España bajo falsas promesas de trabajo que mejoraría la situación económica, tanto de ellas como de sus familias.
Estas chicas, explica el cuerpo policial, eran captadas en sus países de origen y posteriormente llevadas a varios puntos del continente europeo, comprobando que una rama de la organización las llevaba a clubes dedicados a la prostitución en el sur de Gran Canaria.
Una vez que las mujeres estaban en España, se llevaban la sorpresa de que no existían los trabajos ofertados y que habían contraído una deuda con la organización que tenían que pagar ofreciendo sus servicios sexuales a los clientes en los clubes citados. Alguna de ellas era retenida contra su voluntad.
Mentras duró la operación, explican los investigadores, las colaboraciones con policías de otros países, tanto comunitarias como extracomunitarias, ha sido una constante, y el flujo de información entre ambos, continuo. Igualmente en varias ocasiones se ha colaborado de forma activa con agentes adscritos a la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas.