Una de las grandes sorpresas para algunos políticos cuando se produjo la pandemia del coronavirus y se ordenó el confinamiento a la población fue descubrir la cantidad de personas sin hogar que había principalmente en Arrecife. Todas ellas, más de un centenar, se buscaban la vida a su manera. Algunos, como el caso del hombre que duerme en el suelo muy cerca de la Calle Real y sobre el que reparó recientemente este diario con la intención de que alguien le prestara ayuda de verdad, lo hacían al raso; otros, sin embargo, lo hacían ocupando viviendas. Los más osados, entrando en algunas con propietarios enfadados cuya intención no era la de que se las ocupara nadie; otros, los que no se complicaban tanto, accediendo a inmuebles totalmente abandonados donde se acumula la basura y donde viven en condiciones absolutamente deplorables.
Es un mal que se ha producido en Lanzarote desde que la Isla creció al abrigo del turismo. En la mayoría de los casos se trata de personas que vienen de diferentes puntos del planeta y que tienen problemas de todo tipo: mentales, de drogas, de alcohol... Llegan a Lanzarote en busca de no se sabe qué pero conscientes de que es un lugar donde el clima al menos te permite vivir al raso sin problema. Al menos es lo que deben pensar la mayoría. Los Servicios Sociales de Arrecife y los del resto de municipios tratan de solventar cuestiones básicas como la alimentación, pero lo de la vivienda de momento y hasta que se construya el gran Albergue que han prometido durante décadas seguirá siendo un problema terrible.
Los bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo han tenido que actuar este sábado por la noche para sofocar un nuevo incendio que se ha producido en una de las casas ocupadas de la capital, concretamente una de la calle Perú, en la esquina con Blas Cabrera.
Sobre las diez de la noche fueron avisados de que se había producido un incendio en el interior del inmueble. A su llegada vieron a los agentes de la Policía Nacional que estaban allí. Es una vivienda terrera abandonada donde solían quedarse dos hombres; uno estaba fuera y el otro dentro. Los bomberos tuvieron que rescatarlo y sacarlo porque se encontraba totalmente desorientado.
El fuego se produjo en uno de los pasillos por la cantidad de basura que había acumulada allí. Los bomberos, como siempre, actuaron rápido y controlaron la situación, al menos la del incendio.
En las imágenes que captó el Consorcio se ve claramente en las inhumanas condiciones en las que vivían estos dos hombres.
