El comprador, que compareció como testigo en el juicio, dice que “la raya” que consumió no se la vendió el acusado. El juicio quedó visto para sentencia

La Fiscalía pide 5 años de cárcel por venta “profesional” de 0,77 gramos de cocaína

La Audiencia Provincial celebra este lunes tres juicios en Arrecife. El de los policías nacionales imputados por presunta detención ilegal y agresión a un africano fue suspendido por baja médica del abogado de los acusados

El Ministerio Fiscal solicitó cinco años de condena para el ciudadano extranjero B.B por vender “profesionalmente” 0,77 gramos de cocaína a un conocido cerca de un bar de Puerto del Carmen. El juicio, uno de los tres celebrado este martes por la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas en el Palacio de Justicia de Arrecife, quedó visto para sentencia. El de mayor expectación, en el que están imputados dos policías nacionales por la presunta agresión a un africano, fue suspendido por baja médica del abogado de los acusados.

En el caso de la venta de droga sucedida el 22 de agosto de 2003, la defensa del encartado argumentó que si bien hubo un encuentro entre el acusado, que permaneció en su coche, y el supuesto comprador, que caminaba por la zona, no está comprobada la transacción por un dinero específico. El letrado dijo que los dos policías locales de Tías que intervinieron en el hecho pudieron interpretar “el saludo” que se dieron ambos a través de la ventanilla del coche como un delito contra la salud pública. La defensa sostuvo, después de escuchar la comparecencia de los policías en el juicio, que no es posible determinar con exactitud la droga vendida, subrayando además que el dinero encontrando al acusado no es una prueba sólida porque no se demostró que efectivamente era producto de la venta de cocaína. Asimismo, la defensa recalcó que a su cliente no se le encontró absolutamente nada en el coche. Por todo ello y por no tener antecedentes penales, el abogado pidió la absolución del acusado.

Hechos en Puerto del Carmen

Los policías locales testificaron que prestando servicios de seguridad acudieron de paisanos a la zona, por un llamado ciudadano que daba cuenta de posible menudeo de droga. Uno de los efectivos dijo que el acusado estaba dentro del coche cuando en un momento determinado se acerca otra persona que caminaba por el sitio y se produce un intercambio de un envoltorio por dinero. El acusado le da “algo” por la ventanilla y el receptor entrega el dinero, según apuntó la versión. La defensa preguntó con insistencia a los dos policías que testificaron si el intercambio de que hablaron fue con una o dos manos y si recordaban el valor o el color del billete, datos que no pudieron precisar los efectivos. Uno de los policías abordó a B.B y el otro fue en busca del comprador.

Por su parte, el comprador de la droga, que también compareció en calidad de testigo, aseguró que él había adquirido la coca que el encontraron pero que en ningún caso se la había vendido el acusado. Dijo que lo conocía porque le había vendido un perro y que su relación con él no era estrecha. No obstante, el Fiscal le recordó al testigo que durante la primera declaración ante la Guardia Civil había dicho que la droga se la vendió B.B y contestó: “Lo hice para que me dejaran salir del cuartel”. Añadió que la Policía se lo cogió en el bar metiéndose “una raya” que había comprado antes. Ante preguntas de la defensa, señaló que en su momento manifestó que la droga se la había comprado a un moreno “pero no en concreto a ese señor (mirando al acusado”. “Me acerqué al coche a saludarlo y hablé con él uno o dos minutos”. Esta misma versión del saludo la entregó el acusado.