Los allegados, que todavía esperan la entrega del cadáver, mantienen esperanzas de que se haga justicia y continúan indagando por su cuenta

La familia de Yuliisa insiste en la implicación del padrastro

“No nos ha llamado todavía y su reacción ha sido nula desde la desapación de la niña”, comentan. La madre de la joven dominicana asesinada en Lanzarote descarta las drogas y el ajuste de cuentas como móviles del suceso

Fotos: Anabel Navarro

Irma Pérez, madre de Yuliisa, y Miguelina, su prima, este martes en el parque temático de Arrecife.

Este martes 27 de noviembre se cumplen dos semanas desde el hallazgo, en las inmediaciones del cementerio de Argana, del cadáver de Yuliisa Antonia Altagracia Pérez, una joven dominicana de 18 años que llevaba sólo seis meses en la isla en la que encontró su muerte. Su madre, Irma Pérez, se opone a que éste sea otro de los casos sin resolver. Aún muy afectada por el dolor de esta tragedia, este martes salió a pasear por Arrecife en compañía de su prima, Miguelina Pérez. En cuanto se les cuestiona algo relacionado con la investigación policial, ninguna titubea y apuntan directamente al padrastro de la joven, Antonio F.M., de origen portugués.

“Seguimos sin saber donde está, ni siquiera se ha puesto en contacto con la familia y su reacción, desde que desapareció la niña, ha sido nula”. El que fuera en principio sospechoso de la muerte de su hijastra no ha dado señales de vida ni ha vuelto a reunirse con Irma Pérez. Al parecer, la que fuera su pareja sentimental no trabaja estos días. “No mantenemos contacto alguno y ni siquiera nos ha hecho el favor de venir o llamarnos”. Y ello a pesar de que, aparentemente según los familiares, la relación entre Yuliisa y su padrastro era bastante buena.

Sobre las acusaciones que apuntan al padrastro de la joven como presunto causante de su muerte, los familiares apoyaron las recientes palabras de uno de los tíos de Yuliisa, Rafael Darío Amador Pérez, quien esperó un informe forense “satisfactorio” que explique la causa del fallecimiento. “Es cierto que cuando se encontró a la niña, el padrastro tenía arañazos en su cuerpo”, aseguraron.

Una vez que un informa preliminar descartó la agresión sexual y halló indicios de una muerte por asfixia, la madre de la joven dominicana asesinada descarta las drogas y el ajuste de cuentas como móviles del suceso. “Al menos nadie cercano tenía asuntos pendientes ni ningún problema”.

Por su parte, la pareja de la madre de Yuliisa, Antonio Ferreira, ha sostenido en distintos medios que es inocente y que su hijastra y él se llevaron siempre bien y pasaban tiempo juntos.

La madre de Yuliisa, Irma Pérez, continúa quedándose estos días en casa de su prima, en la calle José Antonio de Arrecife, donde recibe también la visita de la comunidad de Testigos de Jehová, a la que la joven pertenecía. Tras el registro policial de la vivienda donde convivía en régimen de alquiler con Antonio F.M. y su hija Yuliisa, no ha vuelto a poner los pies en esa casa. La última visita que recibió de la Policía Nacional se produjo la pasada semana. También los psicólogos del Ayuntamiento de Arrecife acuden frecuentemente, motivos por los que la familia se muestra agradecida.

Entrega del cadáver

En cuanto a la repatriación del cadáver, la familia de Yuliisa confirma que todavía no han podido ni siquiera acudir al Palacio de Justicia para proceder a la identificación del mismo, aunque dicho trámite se efectuó desde un principio a través de las huellas dactilares. “Nos dicen que no podemos ir ni llevarnos el cuerpo de la niña porque todavía hay pendientes unas pruebas que mandaron a unos laboratorios de Tenerife”, comentaron.

De momento, tanto Ayuntamiento de Arrecife como Cabildo de Lanzarote se han comprometido con la familia a sufragar los gastos de la repatriación el cadáver hasta la localidad dominicana de Azua (suroeste), de donde era originariaYuliisa. Sin embargo, todavía no hay fecha prevista. Tampoco es seguro que el tío de Yuliisa, Rafael Darío Amador Pérez, acuda hasta Lanzarote para trasladar los restos mortales de su sobrina.

Esperanzas

La única esperanza que mantiene viva la familia de Yuliisa es que se haga justicia. “Estamos seguros de que esto no va a quedar así. Nos movemos también por nuestra parte porque no nos quedaremos tranquilos hasta que no sepamos a quién se le cruzó el demonio un buen día para hacer algo así”, concluyeron.