Dos 'inocentes' ancianitas, aparentes turistas en un crucero trasatlántico de escala en Cádiz, eran los 'correos' de una peligrosa banda internacional especializada en narcotráfico, pero que también se dedicaba a la extorsión y al secuestro, entre otras variadas actividades.
La Policía Judicial de Cataluña seguía los pasos de esta desembarco' de su organización en el mercado de la cocaína en Cataluña y, sobre todo, en Ibiza con vistas a este verano. Y, obviamente, necesitaba una gran cantidad de droga para su negocio, que pretendía introducir desde Brasil.
Hace unas semanas los agentes supieron que para la entrada del gran alijo la banda había contratado como traficantes a dos mujeres de avanzada edad que aparentemente actuaban como turistas. El cabecilla les entregó a la droga en una de las escalas del crucero en el que ambas viajaban por las costas cariocas.
Los agentes tuvieron que hacer a contrarreloj varias pesquisas hasta saber quiénes eran las narco-ancianas del crucero. Una vez descubiertas, a los funcionarios sólo les restó esperar a que el trasatlántico tocara tierra en España. El barco, que debía terminar su travesía en Málaga, hizo su primera escala en Cádiz, donde los policías lo abordaron con orden judicial, ya que sabían que dos miembros del grupo esperaban en esta ciudad para recoger la droga.
En el camarote de una de las ancianas encontraron la maleta que buscaban y que contenía 27 kilos de cocaína de gran pureza. Era tal la confianza de los 'narcos' de que las abuelitas no iban a despertar ninguna sospecha que la droga ni siquiera estaba oculta en un doble fondo.
Huida a Portugal
Tras la captura de las mujeres fueron detenidos los dos 'narcos' que habían acudido a Cádiz para hacerse cargo del alijo. El jefe de la red fue capturado en la localidad onubense de Huelva cuando trataba de huir a Portugal para coger un avión con destino Brasil.
En el momento de su detención portaba una importante suma de dinero y varias escrituras públicas españolas y brasileñas de propiedades en ambos países a nombre de distintas sociedades instrumentales.
La segunda fase del operativo policial se desarrolló contra la otra rama del grupo que se dedicaba a los secuestros, extorsiones, cultivo de marihuana, tráfico de hachís con destino a Holanda y a sustraer la droga a otros traficantes. Otras cuatro personas fueron detenidas en esta segunda tanda, entre ellas un ciudadano holandés que se ocupaba de los cultivos de en Barcelona, donde han aparecido 208 plantas de marihuana. Esta segunda fase también sacó a la luz los planes para secuestrar a un traficante de drogas rival.
Los agentes registraron varias casas de campo en Cataluña a nombre de sociedades fantasma que servían de almacén al grupo y en las que se incautaron varios vehículos de alta gama, relojes de alta joyería sustraídos y 15.000 euros en efectivo.
