La colaboración ciudadana permite la detención de un padre y un hijo que robaban máquinas expendedoras en Yaiza
La colaboración ciudadana, una vez más, ha sido fundamental para detener a dos individuos, padre e hijo, que se dedicaban, en este caso en el municipio lanzaroteño de Yaiza, al robo de máquinas expendendoras.
El pasado jueves, 24 de abril, dos agentes de la Policía Local de Yaiza atendieron la llamada de un vecino que les informaba de la presencia sospechosa de una furgoneta de color amarillo con la puerta del maletero abierta, estacionada junto a un local de venta de productos alimenticios a través de máquinas expendedoras. El alertante denunciaba, además, que los ocupantes de este vehículo habían sustraído una de esas máquinas y que se desplazaban, en ese momento, por la carretera que lleva hacia El Golfo.
Desplazados hasta la localidad costera, y tal y como reza el informe policial, “...tras varios intentos por localizar el vehículo, éste no se visualiza, por lo que se abandona el lugar para trasladarnos hasta Yaiza a fin de realizar el correspondiente cambio de turno”.
Sin embargo, circulando por la LZ 703, los agentes se cruzaron con un vehículo de características semejantes a las denunciadas, por lo que iniciaron una persecución que precisó de sangre fría y de destreza al volante para evitar daños entre el resto de conductores que circulaban a esa hora por la carretera. Finalmente, los policías lograron detener el vehículo a quinientos metros de la rotonda que enlaza la LZ-703 y la LZ-2.
Los ocupantes del vehículo y la máquina sustraída fueron trasladados hasta las dependencias de la Guardia Civil de Yaiza, escoltados por dos unidades de la Policía Local para evitar posibles fugas. Allí prestaron declaración y pasaron a disposición judicial.
Según fuentes municipales, el concejal de la Policía Local de Yaiza, Miguel Ángel Cáceres, afirmó que, “una vez más, ha quedado demostrado que la colaboración de los ciudadanos es fundamental para perseguir a aquellos que se consideran por encima del bien y del mal y creen que pueden campar a sus anchas”.