El octogenario condenado tampoco podrá acercarse a sus hijas, a las que maltrataba, en un plazo de cinco años

La Audiencia condena a 15 años al anciano que maltrató y mató a su mujer en Santa Brígida

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado al octogenario Francisco Cruz Alba a 15 años de prisión, 13 de ellos por homicidio y dos por tenencia de armas, por el asesinato de Elisa Gallego del Canto en abril de 2006 en la localidad grancanaria de Santa Brígida.

Según las conclusiones de la resolución, el acusado presenta un "cuadro pre-demencial , con una personalidad muy machista que ha ido incrementándose con la edad, con una personalidad desestructurada pero sin que ello llegue a afectar, de alguna forma, a sus capacidades cognoscitivas o volitivas".

El tribunal considera probado que Cruz Alba, "en todo momento" sometió a las hijas que tuvo con su esposa a un "total control generando una situación de miedo y dominación constante en las mismas derivado de su conducta para con las cinco". Además, "de forma constante y reiterada" se dirigía a Elisa Gallego diciéndole que era “tonta, idiota, vieja arrugada y puta”, expresiones que iban acompañadas de "puñetazos o bien el acusado la agarraba por el cuello".

Según la sentencia, también constan las amenzas de muerte a sus mujer e hijas, de forma que "siendo éstas aún pequeñas, huyeron del domicilio familiar dado que Francisco les dijo que si al regresar estaban aún allí las rajaría , todo ello después de que, por un pequeño incidente en la casa, arrojase una botella de vino a la cabeza de su mujer, si bien no llegó a golpearla al poder esquivarla".

En otras ocasiones fueron sus hijas las que sufrieron los golpes a manos de su padre, señala la resolución. De hecho, una de ellas, Patricia, llegó a ser golpeada con un cinturón y una zapatilla. También queda probado que el ahora condeando les advertía que "si el barco se hundía, se hundía toda la tripulación".

Esta sucesión de hechos, según la sentencia, motivó la huída de las hijas del domicilio familiar y la marcha a Málaga, desde donde huyó Elisa a Palma de Mallorca donde vivía una de sus hijas. "En esos momentos", relata la sentencia, "el acusado inició su búsqueda acudiendo a la policía, a la que dijo que su mujer , que era muy fea y que ni para puta servía, le había abandonado, y llamando , de forma constante y diaria, en varias ocasiones, a sus hijas a quienes, reclamaba información de su paradero afirmando que si no regresaba con él iba a ocurrir una tragedia".

En una ocasión, debido al viaje de Elisa a Las Palmas de Gran Canaria debido a la enfermedad de uno de sus yernos. Al fallecer esste, "el acusado, de inmediato, cogió un vuelo a Gran Canaria y una vez aquí, ya en el velatorio, comenzó a reclamarle que volviese con él diciéndole que no podía vivir sin ella".

Finalmente, concluye la sentencia, "el día 10 de abril de 2006, aprovechando que su hija había salido a realizar unas gestiones, mantuvo una conversación con su esposa en el jardín en el curso de la cual, en un momento dado, cogió un cuchillo , de unos ocho centímetros de hoja, y, con la finalidad de acabar con su vida, se lo clavó fuertemente en el tórax a Elisa Gallego del Canto causándole la fractura de la tercera costilla atravesándole el corazón". Esto a la postre provocósu muerte una hora después.