¿Verdad o consecuencia?
Fotos: Dory Hernández
A pesar de ser tan sólo tres, las actrices que representaron “¿Verdad o consecuencia?” consiguieron, con creces, llevar a cabo su propia cruzada mágica. El Teatro Municipal de Tías fue el escenario de la compañía teatral Cruzada Mágica para presentar su última obra: ¿Verdad o consecuencia?, el pasado viernes día 19 de octubre y en esta misma localidad sureña, organizada por el Cabildo de Lanzarote y con la colaboración de Ayuntamiento de Tías.
El nombre de la obra hace referencia a aquel inocente juego al que aún hoy juegan los niños de toda España y que obliga a elegir entre responder sinceramente a una pregunta o, por el contrario, tener que hacer algo difícil o atrevido. Quien ha jugado sabe el riesgo que implican ambas opciones porque el hecho de elegir desnuda a la palabra y a la acción, y siempre nos queda la opción y tentación de mentir.
En el escenario, ¿Verdad o consecuencia? se convirtió en un juego en el que su protagonista arregló cuentas con un entorno que no le gusta usándose de su poder para desactivar la costumbre de mentir a su familia, amigos, novios, incluso del resto de personas que se le cruzan por la calle. Ella consiguió quitarles el pudor y más tarde, sin antifaces, se refirió a la máscara con la que la sociedad disfraza la dictadura del código de las buenas maneras.
La obra habló sobre la máscara con la que la sociedad disfraza la dictadura del código de las buenas maneras
Una sucesión de siluetas, voces y situaciones lograron dejar el teatro lleno con tan sólo luz a medias. Teatralmente fue un desfile de acontecimientos convocados por el recuerdo y el deseo de un personaje que va así narrando su vida y descubriendo lo que hay detrás de ella. La impresión de fondo pulverizó las expectativas ya que fue más allá de lo real y lo evidente y se refirió a los secretos, máscaras, verdades y miserias del ser humano.
La representación reflejó la cultura escénica emergente en las Islas y aportó una visión crítica y divertida a base de nuevos lenguajes a través del cuerpo, la palabra y la imaginación. Pese a la doble carga, la espiritual y la irónica, las actrices le dejaron hueco a la ironía, la ternura, el humor, la sátira social y su claro mensaje.