Los vecinos de Altavista, acosados por la arena
Los vecinos de Altavista ya no pueden más. Tienen que tender la ropa en casas de familiares o amigos porque en sus patios las prendas aparecen cubiertas por una capa de arena. Lo mismo ocurre con los muebles, que se llenan de polvo nada más ser limpiados. Paredes recién pintadas han tomado un sospechoso color canela. Pero eso no es lo más grave. Los vecinos se quejan, sobre todo, de que los chinijos con asma lo están pasando muy mal, al igual que las personas de avanzada edad. ¿De dónde sale tanta arena? El origen del problema está en unas obras que se están ejecutando al lado de la circunvalación, entre los barrios de Maneje y Altavista. Parece que los más afectados, debido a la dirección que normalmente toma el viento, son los vecinos de este último barrio. Así lo confirmó a esta redacción Loli C., una vecina de la Avenida Los Geranios, en Maneje. Ella pensaba pintar la fachada de su casa, pero debido a la arena lo dejará para más adelante. Sin embargo, asegura que su calle no es de las más perjudicadas. “La peor parte se la llevan los de allá enfrente”, afirma señalando el barrio de Altavista, al otro lado de la circunvalación. Efectivamente, allí encontramos a María Candelaria Santana, una vecina de la calle Chimia, quien asegura que cada vez que pone una lavadora tiene que ir a casa de su hija a tender la ropa, “tres calles más abajo”, porque el patio de su casa se llena continuamente de tierra. Es el mismo caso de una vecina que no quiere identificarse y que reside en la calle Temisa, colindante al solar en el que se están ejecutando las obras.
El principal problema reside en el viento. Las máquinas de la construcción desplazan cada día grandes cantidades de tierra y el aire hace el resto. La normativa establece que este tipo de actuaciones deben estar precedidas del regado de la tierra para evitar el levantamiento de polvo. Mientras la constructora asegura que lo hace, Alternativa Ciudadana responde que no es suficiente y los vecinos siguen soportando las consecuencias.
AC 25-M exigirá explicaciones al Ayuntamiento
Alternativa Ciudadana 25 de Mayo (AC 25-M) mantuvo una reunión con los afectados hace unas semanas para informarse acerca de la situación y escuchar las demandas de los ciudadanos. La primera medida de protesta emprendida por el partido político ha sido la colocación, este martes, de sus características siluetas de personas con mensajes reivindicativos en las inmediaciones de las obras. “Saquen la manguera” o “Mojen la tierra”, son algunos de los eslóganes escogidos por AC-25M.
Andrés Barreto, portavoz del partido en el Ayuntamiento capitalino, anunció a esta redacción que su grupo exigirá explicaciones al grupo de gobierno de María Isabel Déniz en el pleno del próximo viernes, a través de una moción o una pregunta. En opinión de Barreto, las citadas obras “no cumplen las mínimas condiciones exigidas en las ordenanzas municipales”, que obligan a regar la tierra para que no se levante polvo. Además, añadió, “una constructora no puede generar perjuicios a terceros, y eso es lo que está haciendo”. La principal responsable, por lo tanto, sería en este caso Lanzagrava. Barreto cree que la constructora está evitando un desembolso mayor de dinero, ya que “regar la tierra supone un coste añadido a la obra”. Sin embargo, el Ayuntamiento de Arrecife no está exento de culpa, según Barreto, ya que está permitiendo el desarrollo de dichas obras.
La constructora dice que no puede evitarlo
Esta redacción se puso en contacto con el encargado de la obra, Domingo Miguel, que trabaja para la constructora Lanzagrava. Según aseguró, los operarios echan agua a diario sobre la tierra: A lo largo del día vacían “tres cubas de camiones, unas 14 toneladas de agua”, especificó. Sin embargo, admitió que no es suficiente. El agua que vierten sobre la tierra es agua salada, según explicó él mismo, para que se forme una capa de salitre que impida el levantamiento de polvo. “Hay demasiada arena y demasiado viento”, dijo. El polvo que se levanta por el movimiento de los camiones y la maquinaria está casi controlado mediante el agua que echan en los caminos. Pero el principal problema está en las gigantescas montañas de tierra acumulada “para cerrar las zanjas”. Según Domingo Miguel, cada vez que se mete una pala, es “inevitable” que la arena eche a volar. La única solución que propone la constructora es darse prisa y terminar cuanto antes la obra. Pero aún quedan por lo menos otros tres meses de trabajos con la tierra, y a los vecinos estas explicaciones no les convencen.