Los trabajadores del Conservatorio reinician las protestas ante el bloqueo de las negociaciones con el Cabildo
El personal de la Escuela de Música y del Conservatorio ha reaccionado ante el “bloqueo” que el gobierno del Cabildo mantiene respecto al convenio colectivo firmado en marzo de 2003 y ya han anunciado que reactivarán las acciones de protesta que ya organizaron hace unos meses. En su línea habitual, los profesores y los trabajadores no docentes no paralizarán su actividad, sino que continuarán su labor para mejorar y hacer crecer el servicio para que "no se atrevan a eliminarlo”.
Con esta especie de “huelga a la japonesa”, los manifestantes esperan que no se cumplan sus sospechas de que “algún responsable político tiene la tentación de despotenciar el Conservatorio”.
Además de estas medidas, comenzarán también algunas huelgas ordinarias y una campaña continuada de conciertos-protesta y recogida de firmas. También se repetirán algunas tamboradas y pitadas, a la vez que mantendrán las demandas presentadas ante los tribunales.
Estas medidas las hicieron públicas los representantes de los trabajadores del Conservatorio, que junto al secretario insular de la Unión General de Trabajadores (UGT), Orlando Suárez, reivindicaron además la equiparación de los sueldos al del resto de trabajadores públicos, y el reconocimiento de la categoría de licenciados de la mayoría de los profesores, que ahora mismo están siendo remunerados como diplomados.
La respuesta del Cabildo
Después de que este verano se suspendiesen temporalmente las medidas de presión por parte de los trabajadores del Conservatorio, perecía que se podía hablar de algún tipo de acuerdo entre el personal del Servicio de Música y el Cabildo, pero la respuesta que finalmente han recibido de la Primera Institución no convence a los afectados.
Para Suárez la actitud del Gobierno insular es “una tomadura de pelo”, ya que considera que “el Cabildo está desautorizando la firma plasmada por sus representantes oficiales con la desfachatez del voto contradictorio de alguno de los grupos firmantes”.
En este sentido, el representante sindical recordó que el convenio colectivo firmado en 2003 aún no se ha puesto en marcha, a pesar de las complicadas negociaciones que precedieron a la redacción del mismo. Casi tres años después, aún no se ha hecho efectivo este acuerdo, que por primera vez reflejaba la realidad del trabajo de estos profesionales con el reconocimiento de las 37,30 horas que realizan en lugar de las 30 que figuran en el texto anterior. Con este cambio, la limitación establecida en los Presupuestos Generales del Estado no afecta al personal del Conservatorio.
Pero aunque en una reunión mantenida en junio con Inés Rojas, la presidenta del Cabildo, en relación a este punto se concluyó que después de estar “aclarando las horas que ellos reivindican, justificándolas” les parecían “relativamente razonables”, finalmente no se llegó a ninguna resolución.
Para Suárez, las dudas sobre esta cuestión vienen dadas por la “interpretación interesada, incorrecta y parcial de los informes”, llegando incluso a tachar de ser “malintencionada y demostrar una total ignorancia y desconocimiento sobre el tema”.
Luis Arráez, Miguel González y Juan Santana
El secretario insular de UGT lo tiene claro, el grupo de gobierno del Cabildo es el culpable de la situación de injusticia que viven estos trabajadores. Según sus palabras, Juan Santana, responsable del Área de Recursos Humanos de la Primera Institución, tuvo una “actuación impresentable” cuando “firmó un informe que no se corresponde con el rigor que debería tener un responsable político medianamente capacitado”. El informe al que hizo referencia es el que se presentó para negar en su momento las reivindicaciones que se incluían en el convenio colectivo de 2003.
También señaló al consejero de Economía y Hacienda, Luis Arráez, y al de Cultura, Miguel González, como parte implicada en la mala consecución de este conflicto.
Los trabajadores no entienden la diferencia y la desidia con la que se están tomando desde el Cabildo la situación de unos trabajadores a los que se está tratando de forma diferente al resto de trabajadores.
Para Orlando Suárez “se muestra la incoherencia cuando alguien firma un documento y luego incluso oculta informes para cambiar su posición en lo que posteriormente se decide en un pleno”.
A pesar de las fuerza de las reivindicaciones y de las críticas, los manifestantes insisten en la buena disposición que han mantenido en todo el proceso y en la que siguen mantenido. Ofrecen una solución intermedia que posibilite la devolución paulatina del dinero que se les debe y también de la subida de sus sueldos, ya que el cabildo les negó sus últimas exigencias por motivos económicos.
En este sentido, Suárez recordó a la Primera Institución que “no se le puede cargar a los trabajadores con una irresponsabilidad cometida por ellos”, en referencia a la mala gestión que observan en la “falta de consignación presupuestaria, que tendría que haber previsto en los presupuestos para cumplir con los compromisos previamente adoptados con el personal del Conservatorio y la Escuela de Música”.