El DJ y productor Steve Aoki, sumo sacerdote de la música electrónica global, ofició en Lava Live Fest para el público de Lanzarote un espectáculo nivel Tomorrowland. Los constantes guiños de repertorio a la música española llevaron a sus fieles al paroxismo con el remix de Quevedo y su bombazo “Quédate”.

El cóctel musical, las imágenes de diseño onírico y colorista, el montaje de luces y la propia energía del compositor sobre el altar de su mesa de mezclas hicieron de su puesta en escena una exhibición vibrante y llena de sorpresas, tal y como detalla la organización del evento en el resumen que hace este domingo de lo sucedido el pasado viernes, la antesala de lo que luego fue un más que brillante sábado.

Junto al despliegue visual y sonoro que convirtió la noche en una auténtica fiesta, fiel a su tradición más icónica, el artista salpicó a las primeras filas con las burbujas de varias botellas de champán, regaló camisetas -incluida la que llevaba puesta- y lanzó 20 tartas al público, elaboradas para la ocasión por la pastelería lanzaroteña Adelia Canarias. Los postres, diseñados bajo estrictas directrices, con mucho humor y mucha más nata, impactaron exclusivamente sobre aquellos fans que se presentaron en el festival con pancartas que rezaban "Cake Me", para encontrar un lugar especial en el radar de Aoki y disfrutar de un instante de flashes y atención pública.
El flow de Rels B
En la otra gran actuación de la tarde, el artista mallorquín Rels B entusiasmó a las miles de personas que se fueron congregando en el recinto ferial a partir de las cinco de la tarde. Desde los primeros acordes, cuando descendió al escenario en el interior de un cilindro que haría las veces de pantalla y plataforma, su flow tocó los corazones de un público que se entregó por completo, que coreó cada una de sus canciones y dejó claro por qué este joven artista se ha consolidado como uno de los referentes del panorama musical urbano en español de proyección internacional.

Acompañado de un coro y un cuerpo de baile, con una cuidada puesta en escena y un carisma arrollador, Rels B. se mantuvo en permanente conexión con sus fans, al recordar su origen isleño, mencionar la belleza de Lanzarote o insistir que “sin público no hay show”.

El concierto del balear fue una celebración del ritmo, la sensibilidad y cercanía que le caracterizan, con la interpretación de canciones esenciales de su carrera como “La última canción”, “A mí” y “Cómo dormiste”, entre otras.

Completaron el cartel el cantante y compositor portorriqueño Justin Quiles, referente internacional del reguetón más clásico, y el argentino Luck Ra y sus cumbias bailables, que consiguió la proeza de llenar el recinto ferial a las cinco