El proyecto de ciudad de Arrecife de Agustín Márquez dinamizaría el centro y el Charco de San Ginés y evitaría la especulación en la ciudad
Foto: Jose Curbelo
El conocido economista lanzaroteño y arrecifeño de “pro” -así se define él- Agustín Márquez presentó en el Ayuntamiento capitalino una serie de alegaciones al tan traído y llevado Plan General de Arrecife.
El proyecto de ciudad de Arrecife que concibe, según Márquez, dinamizaría el centro y el Charco de San Ginés y evitaría la especulación en la ciudad. Las alegaciones proyectan sobre todo y de forma más que novedosa la apertura de la Calle Real al Charco y tienen como idea central convencerse de que la capital debe “crecer hacia dentro” y concederle al pueblo, además, dos plantas.
La propuesta pretende abrir un bulevar peatonal con vistas y salida al Charco, ya que actualmente sólo hay tres accesos directos a lo largo de la Calle León y Castillo, uno desde las “Cuatro Esquinas” y otros dos a ambos lados del centro comercial Atlántida, los cuales, “son muy estrechos, sin ningún atractivo y sin apenas oportunidades para el establecimiento de locales comerciales”.
El autor explicó en dicho informe cómo la ciudad se asienta sobre un territorio “marcado por unas huellas que han conformado hasta ahora su identidad”, y que ésta se encuentra desarrollada en torno a la vinculación a los alrededores del Charco de San Ginés y el trazado de la ciudad en torno a la línea costera, que ha llevado a la ciudad a expandirse hacia el sur y hacia el interior.
Aseguró, además, que las actuales tendencias de planteamiento limitan las posibilidades de uso de la ciudad ya que destinan la periferia de ésta al uso residencial, industrial y comercial y el centro a comercios y residencia, olvidando sus otros muchos usos. En cambio, los cascos antiguos de las ciudades quedan devaluados, entre otras cosas, al potenciar otras zonas periféricas.
Según versa el informe, el casco antiguo es actualmente el foco comercial, turístico, social y comercial pero no se han potenciado todos los recursos que esta zona ofrece.
Márquez propone “reinterpretar” Arrecife proponiendo al Charco de San Ginés como referente ambiental y paisajístico que oferta zonas de espacios libres en pleno núcleo capitalino y que además actúa de pulmón.
Se trata de que la ciudad no sólo crezca hacia fuera sino que lo haga también hacia dentro, tratando de definir un nuevo concepto de centralidad funcional y simbólica de Arrecife, que podría recaer en el tándem centro histórico-Charco de San Ginés.
Los criterios expresivos que sugiere para poder ver materializada esta nueva perspectiva son la promoción del comercio en la zona, el equipamiento comercial como algo clave para la revitalización del centro, la apuesta por la cultura y el ocio, la potenciación del turismo en núcleos urbanos, la inversión en el patrimonio y fomentar la rehabilitación y la prioridad para el peatón facilitando la máxima accesibilidad a puntos de interés de la zona centro, a través de la ordenación de las vías urbanas y de un aumento del espacio peatonal.
Se pretende que la ciudad “crezca hacia dentro” y se estudie la posibilidad de desarrollar el puerto de Arrecife, tomando en consideración la posibilidad de “vertebrar estos espacios no ocupados” en cuanto a las oportunidades paisajísticas y de espacios libres.
El puerto de Arrecife como enclave de oportunidades urbanas
Hasta la actualidad, el crecimiento de la ciudad de Arrecife se ha ido produciendo tanto hacia la zona sur del municipio, como hacia el interior, dejando olvidada la zona norte. Desde el punto de vista del autor sería interesante un crecimiento de la ciudad hacia la zona del puerto de Arrecife. El documento de avance, según expuso, debería tomar en consideración en este sentido la posibilidad de vertebrar estos espacios no ocupados y encontrar un nuevo significado para ellos tomando siempre en consideración las características del medio físico en cuanto a las oportunidades paisajísticas y de espacios libres.
A partir de aquí, el autor entendió que se permitiría proyectar una ciudad desde un modelo de continuidad o linealidad entre el Puerto de Los Mármoles, Puerto Naos y el futuro Puerto Deportivo, el Charco de San Ginés y el centro de Arrecife. Logrando así la “unidad urbanística” a la que hace alusión el avance del Plan General, con espacios hilvanados por una única trama de ciudad, cualificando y dignificando por lo tanto el espacio urbano.
Revitalización del Charco
La intención pasa aquí por intentar sacar partido de este espacio como símbolo capitalino, algo que propiciaría la “regeneración de todo el distrito” y que además devolvería al nacido en “el puerto” esa identidad que ha conformado su idiosincrasia, que siempre le ha caracterizado y que parece se está perdiendo en el devenir de los tiempos.
Aunque Márquez reconoce en su informe que los alrededores del Charco se han ido transformando en busca de una mejora desde comienzos de 1980, lo cierto es que para este arrecifeño de “pro” dicho enclave, símbolo de la capital, no ha llegado a integrarse en el núcleo urbano a pesar de las mejoras; esto es, apuntó, debido a la aglomeración de edificaciones que se han construido ejerciendo de barrera entre la ciudad y el mar. En este sentido, indicó en su informe y en sus explicaciones a este diario que “gozamos de un gran referente paisajístico en pleno centro capitalino que no hemos sabido aprovechar”.
Se trata de revitalizar funcionalmente el Charco a través del impulso de las actividades económicas y comerciales, el desarrollo de actividades culturales y sociales, la implantación de zonas de ocio y esparcimiento, nuevas dotaciones y zonas verdes, entre otras ideas. Y en particular, en la prolongación del centro comercial y social de la ciudad, situado en la Calle Real, hasta El Charco, aportando al mismo una zona de ocio y esparcimiento alternativa.
Esta propuesta se materializa, en síntesis, en las siguientes sugerencias: destino mayoritario del área a parque público, sin perjuicio de zonas para la práctica al aire libre, creación de nuevos trayectos peatonales por la zona centro que permitan la accesibilidad al Charco, tanto física como visual, en el espacio del borde ocupable con edificaciones, podrá destinarse a usos tales el ocio y el esparcimiento, además de dotaciones, equipamientos culturales y administrativos.
Apertura de la Calle Real al Charco de San Ginés
La propuesta de apertura de la Calle Real al Charco, o lo que es lo mismo, fondear la Calle Real y otras calles en El Charco, propone la creación de un itinerario peatonal desde el corazón de la calle León y Castillo, y perpendicular a la misma, hasta la ribera de El Charco, dando así relevancia a este espacio natural como escenario clave en la revitalización del casco histórico.
De esta manera, el autor explicó que se lograría un equilibrio deseado para el centro, añadiendo la premisa de “máxima accesibilidad junto a máxima calidad ambiental, aumento del espacio peatonal y linealidad”, algo que permitiría, según él, el acceso directo desde la calle José Antonio hasta el mismo Charco de San Ginés.
Márquez anunció que a lo largo de la calle León y Castillo sólo se cuenta con tres accesos directos al Charco, uno desde las “Cuatro Esquinas”, y otros dos a ambos lados del centro comercial Atlántida, los cuales, según él, “son muy estrechos, sin ningún atractivo y sin apenas oportunidades para el establecimiento de locales comerciales”. Por lo tanto, apunta que la idea pasaría por abrir este nuevo trayecto, que podría consistir en un bulevar peatonal con vistas y salida al Charco.
La materialización de esta propuesta tiene lugar en la calle General Goded. Desde el punto de vista del autor este es el único tramo adecuado para plasmar la sugerencia, teniendo en cuenta que la citada calle es la más susceptible de ser prolongada debido a su situación como eje central y transversal de la Calle Real, por su conexión con la Calle Real, por su conexión con la calle José Antonio y por su proximidad a La Plazuela y al entorno de la Iglesia de San Ginés.
En la actualidad, según él, la calle General Goded muere al llegar a su perpendicular Aquilino Fernández (Gran Alcalde), y actúan como “tapón” al mar unas antiguas edificaciones de una sola planta destinadas a garajes o almacenes; por lo tanto entendió como viable viable materializar la apertura de este nuevo trayecto a través de los mismos, puesto que se trata de una construcción de una sola altura y no aloja viviendas, comercios u otras actividades.
Para ello se sugiere un convenio urbanístico de ejecución y/o bien un sistema de actuación de iniciativa privada; de manera que sean los particulares los protagonistas, y suponga un esfuerzo menos costoso para la administración. Por consiguiente, el futuro Plan General debe delimitar la unidad de actuación o polígono donde poder llevar a cabo “las operaciones equidistributivas de beneficios y cargas entre los particulares que se vean involucrados; en orden a que la totalidad se vean beneficiados en la misma medida”.