El presunto agresor vulneró una orden de alejamiento y acuchilló a su novia abandonándola en un descampado
Fotos: Dory Hernández
Precisamente en la víspera del Día Internacional de la Mujer, una fecha en la que se intensifica mundialmente la lucha por la igualdad y el respeto al colectivo femenino, el Palacio de Justicia de Arrecife estaba desbordado por casos de violencia contra la mujer.
Entre los testimonios recogidos este miércoles por la Audiencia Provincial de Las Palmas se escuchó la declaración de Ana Bernal, la lanzaroteña natural de Tinajo que fue apuñalada hasta en siete ocasiones por su ex pareja sentimental en diciembre de 2005 en el barrio capitalino de Altavista. La víctima no sólo sufrió heridas de gravedad, que de no ser auxiliada por dos testigos hubieran podido ocasionar su muerte, según el informe médico forense, sino que además fue abandonada a su suerte por el acusado, quien se marchó del lugar después de asestar varias cuchilladas en el cuerpo de la mujer vulnerando una orden de alejamiento que estaba obligado a respetar por lesiones anteriores.
Según el informe del fiscal, la víctima se encontraba en el interior de su vehículo cuando fue sorprendida por su ex compañero sentimental, Rufino M. S., acusado de un delito homicidio en grado de tentativa y quebrantamiento de condena. Dos actos por los que tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular reclamaron una pena de nueve y once años de prisión, respectivamente, y la prohibición de acercarse a una distancia mínima de 1.000 metros de la víctima durante el mismo periodo, así como la prohibición de comunicación por cualquier medio escrito, telefónico o telemático por el mismo tiempo. “Aun conociendo la resolución de alejamiento y con absoluto desprecio a la misma se personó en el lugar donde se encontraba la víctima y la agredió en distintas partes del cuerpos con el cuchillo que portaba”, detalla el informe del fiscal.
Sin embargo, el acusado, Rufino M. S., desmintió este punto y acusó directamente a la agredida de ser ella quien sacó el arma y de usarla en su contra. “No sé cómo ella sacó un cuchillo y me cortó el dedo. Me aturdí con tanta sangre. Se lo arrebaté y le devolví el golpe. Es posible que le causara heridas pero me estaba defendiendo”, explicó el acusado a través de un interprete que facilitó su comunicación con los magistrados, debido a su condición de sordomudo.
Rufino declaró que acudió a una cita previa con su ex novia “aún sabiendo que no podía hacerlo por la orden de alejamiento” pero que actúo en respuesta a un mensaje que ésta le había remitido. “Ella me mando llamar, yo estaba asustado pero fui. Después de conversar un rato sacó un cuchillo y me agredió”, señaló el acusado, quien reconoció que después del incidente abandonó el lugar dejando a su ex pareja “conciente”.
La versión de ella
Las palabras del imputado, actualmente en prisión preventiva en la cárcel de Tahíche, nada tienen que ver con la versión de la víctima. Ana María ratificó su denuncia y apuntó a que Rufino podría haberla esperado a conciencia. “Yo estaba en el coche y él subió con el arma y me obligó a poner el coche en marcha. Conduje unos metros pero paré el coche”, dijo. Fue entonces cuando se produjo la agresión.
La mujer recibió unas siete puñaladas que afectaron buena parte de su cuerpo. El informe pericial médico desvela que los cortes sufridos por la víctima -“inciso cortante en la columna dorsal, en el flanco renal, en el muslo, en el brazo, en la zona escapular izquierda y en la comisura de los dedos, así como hematomas”- sostienen que las lesiones pudieron incluso causar la muerte de la agredida. De hecho, el médico que actúo como testigo, recordó que “está viva porque ella se defendió y evitó que la agresión fuera directamente a órganos vitales”, aunque algunas de las zonas afectadas son “extremadamente delicadas”, dijo el doctor Fernando Hernández.
Asimismo, se conoce que como consecuencia de las heridas, la mujer recibió más de 40 puntos de sutura y permaneció con atención médica durante 31 días, varios de los cuales estuvo impedida para realizar sus ocupaciones habituales. Después del forcejeo con su ex novio, Ana María logró sacar aliento y pedir socorro, una llamada a la que acudieron dos vecinos de la zona de Altavista donde fue abandonada tras la paliza. Ambos testigos declararon ante la Guardia Civil que la mujer fue hallada “muy malherida” y “con síntomas de haber perdido mucha sangre”.
Cárcel por homicidio en grado de tentativa
Ante lo ocurrido y la contundencia del informe pericial del forense, el Ministerio Fiscal y la acusación particular entienden “más que probados los hechos” y confirmaron su petición de cárcel para el acusado por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de quebrantamiento de condena.
Por su parte, la defensa pidió una rebaja de la pena a dos años de prisión “ya que no hay indicios de que hubiera intención de matar. Puesto que de ser así podría haberse dado una agresión mortal en el interior del coche” apuntó la defensa. Asimismo, la defensa requirió la retirada de la acusación por quebrantamiento de condena ya que a su juicio “la pena aplicable es la prevista para la agresión más grave”, en este caso los apuñalamientos. De este modo, la defensa considera que no se puede considera como un delito autónomo sino que “era necesario saltarse la orden de alejamiento para acometer las lesiones”.