La 14 edición del Festival Internacional de Circo ‘MalabHaría’, englobada dentro del programa navideño del Ayuntamiento norteño, se cerró el pasado 5 de enero con más de medio millar de espectadores y el aforo completo en las siete sesiones celebradas, cumpliendo con las limitaciones de espacio y los protocolos sanitarios debido a la pandemia.
Durante cuatro días, tal y como destaca este viernes en nota de prensa el Gobierno municipal, chinijos y mayores disfrutaron de los increíbles espectáculos propuestos por las compañías Circanario, Rolabola, Lapso&Malabart y Aerial Circo Lanzarote. “Ha sido mucho trabajo de programación, adaptación a las medidas de seguridad y ajustarse el cinturón para celebrar una edición acorde con las circunstancias pero sin perder la esencia y la exigencia organizativa”, señala la concejala de Cultura, Evelia García.La alcaldesa del municipio, Chaxiraxi Niz, ha querido por su parte agradecer “la implicación de los vecinos y vecinas del norte de la Isla y el cumplimiento de todas las normas sanitarias para poder disfrutar un año más de un evento que se ha situado ya, por méritos propios, en la élite de los festivales circenses a nivel nacional”.
En una edición tan distinta como esta, el espectáculo ‘Creatura’ se llevó el Premio del Público, mientras que el Premio Malabart, otorgado por la dirección artística del Festival al mejor número, recayó en Naomi Bratthammer, artista de la Compañía Circanario, dentro del espectáculo ‘La sagrada familia’.La dirección del Festival concede también anualmente el Premio MalabHaría a la compañía, artista o técnicos que mejor hayan interiorizado el espíritu de este festival. En esta edición, tras tantísimos caminos andados, sorteados, saltados, retrocedidos, perdidos y encontrados, el premio recayó en el espectáculo ‘Creatura’ de las compañías Lapso&Malabart, que ha tenido que adaptarse in extremis a un caso Covid, a retrasos en la llegada del material e incorporaciones de última hora y, aun así, no perder las formas ni los nervios, salir a escena y mostrar una profesionalidad y una buena energía que solo los ‘malabharíanos’ conocen.