Isaac Godoy concretará el próximo lunes las medidas específicas para prevenir este problema en los colegios del Archipiélago

González Robayna atribuye a la multiculturalidad que Canarias sea la Comunidad Autónoma con menor acoso escolar

El director general de Promoción Educativa cree que es una falacia que los niños de los centros privados tengan menos conductas agresivas que los de los públicos

“Hemos convivido con el turismo, la gente de color o el top less antes que en ningún otro lugar de España, lo que revela que somos personas muy libres y eso puede incidir en el buen comportamiento del alumnado”

“Los niños violentos de los colegios privados no actúan delante del profesor e incluso, a veces, el exceso de control aumenta la agresividad”

Uno de cada cuatro alumnos sufre acoso o violencia escolar. Aunque este tipo de agresiones no hacen distinciones entre los colegios públicos, privados y concertados, sí que presentan resultados diferentes según las comunidades autónomas. Al menos, ese es el dato que se extrae del informe “Violencia y Acoso Escolar en España”. Afortunadamente, Canarias presenta la tasa más baja en este tipo de maltrato mientras que las cifras más altas se han detectado en Andalucía.

A pesar de este dato positivo a favor del Archipiélago, el consejero de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno canario, Isaac Godoy, ha anunciado que el próximo lunes presentará el “Plan de mejora de la convivencia y el clima escolar” para prevenir este tipo de actuación dañina entre los escolares.

El director general de Promoción Educativa del Gobierno autónomo, Rafael González Robayna, asegura que “aunque las cifras que se manejan son alarmantes, lo que le preocupa a la consejería de Educación es que aunque haya un solo caso de acoso escolar en Canarias, ese caso pueda ser detectado”. Asevera que las estadísticas no son el motivo de llevar a cabo este plan especial ya que “es muy difícil definir objetivamente lo que es acoso y cosas que antes parecían normales, ahora son consideradas violentas”. Por ello, lo que se pretende es tener una herramienta de trabajo vinculada sobre todo a las familias, que juegan un papel muy importante para detectar estos casos. “No sólo tiene que ser el centro el que se dé cuenta de que existe este problema y a través de unos protocolos de actuación, cualquier padre va a poder notar si su hijo está siendo agredido”, asegura.

Teniendo en cuenta que uno de cada cuatro escolares son maltratados en el colegio, llama la atención los pocos casos que se han dado a conocer. Sin duda, el del niño de Fuenterravía, Jokin, que terminó suicidándose, hizo saltar la voz de alarma sobre algo que parece mucho más habitual de lo que hubiéramos pensado. González Robayna explica que son temas que hay que tratar con mucho cuidado ya que se está hablando de menores. “También hay que tener en cuenta que no podemos sacar a la luz los casos concretos de los niños maltratados porque se les podría hacer más daño y afortunadamente, son pocos los críos que terminan llegando a una situación tan dramática como la del joven de País Vasco”, comenta.

Lo que el director general de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias quiere dejar claro es que lo que se pretende con el nuevo plan es que cada niño del Archipiélago sepa que si está siendo acosado puede comunicarlo para recibir una ayuda que le haga salir de esa situación.

Canarias

Según el estudio “Violencia y Acoso Escolar en España”, Canarias, con el 19,1% de casos detectados, es la comunidad autónoma con menor índice de acoso escolar. González Robayna lo atribuye a que aquí la sociedad está acostumbrada desde hace muchos años a convivir con la multiculturalidad y eso es algo que ha hecho de los canarios una población muy abierta. “Hemos convivido con el turismo, la gente de color o el top less antes que en ningún otro lugar de España, lo que revela que somos personas muy libres y eso puede incidir en el buen comportamiento del alumnado”.

En este sentido, Robayna no deja de entender que muchos vean precisamente en este alto grado de multiculturalidad en las aulas la posible causa de conflictos, ya que lo que para algunos menores supone un maltrato, para otros no tiene por qué serlo. Al respecto dice que “esto tiene una vertiente negativa de entrada, en cuanto a la adaptación de gente de otras costumbres y lugares, pero a la larga, el mestizaje es algo bueno, que nos hace desarrollarnos y si analizamos la identidad del pueblo canario, vemos que se ha hecho a base de la confluencia de distintas culturas”. Por eso, asegura que es importante seguir trabajando en esa multiculturalidad no como algo negativo, sino como “algo que nos va a hacer conocer otras culturas, eso sí, sin perder la nuestra”.

Precisamente, el plan que el próximo lunes presentará Isaac Godoy incide en el incremento del presupuesto destinado a la integración del alumnado extranjero, ya que el porcentaje que tenemos en el Archipiélago supera con creces al de otros lugares del país, sobre todo en Lanzarote. Comenta González Robayna que “hay que diferenciar a los niños hispanoparlantes de los que no lo son y estamos haciendo grandes esfuerzos por que los que no conocen nuestro idioma se puedan ir integrando poco a poco y sin crear dificultades para nadie”.

Niñas que pegan

El acoso no hace distinciones entre los centros públicos, privados y concertados. Al menos, eso es lo que se desvela del muestreo realizado entre 25.000 alumnos de 7 a 17 años. Sobre esto, Robayna opina que “la violencia se genera normalmente dentro de las propias familias y esto sucede en todos los estratos sociales”. Dice que, de todos modos, en las estadísticas siempre aparecen datos curiosos como que a los 12 ó 13 años, suelen ser las chicas las que dan bofetadas a los chicos, que suelen retraerse. Pero en definitiva, de lo que se trata es de que este tipo de conducta no se produzca y que no se hagan distinciones ni entre sexos ni estatus social. Explica que “es pura apariencia el hecho de que parezca que en los centros privados los niños son menos agresivos porque los insultos o los golpes se producen en zonas en las que los profesores no se enteran e incluso, a veces, el exceso de control y de rigor genera más violencia”. Por ello, para acabar, concluye que son las familias las que tienen que propiciar que los jóvenes tengan una conducta adecuada y se acabe así con este tipo de lacra social.