jueves. 28.03.2024
Vera Lucía Da Luz tenía 33 años y prefirió desembolsar más de 5.000 euros en la clínica catalana porque fue la que más le garantizó que podría ser madre tras la operación

Fallece una vecina de Arrecife tras ser intervenida de miomas en la clínica privada Dexeus de Barcelona

La paciente tuvo que ser sometida a una segunda operación debido a una hemorragia pero posiblemente le fue retirado el tubo gástrico antes del postoperatorio. La familia, que no quiere precipitarse, ha interpuesto una denuncia por posibles negligencias médicas

- Vera falleció con las defensas muy bajas y después de que sus pulmones se encharcaran por los vómitos lo que, según el certificado de defunción, le provocó un infarto

Una vecina de Arrecife falleció el pasado sábado13 de enero en la clínica Dexeus de Barcelona después de ser sometida a una intervención quirúrgica en la que se le extirparon más de 40 miomas uterinos. Tras la primera operación, en la que perdió algo más de un litro de sangre, los médicos tuvieron que volver a intervenirla por una fuerte hemorragia. Antes de trasladarla al postoperatorio le fue retirado el tubo gástrico, la paciente sufrió vómitos que le encharcaran sus pulmones y le provocaron un infarto. La familia ha denunciado a la clínica por posibles negligencias médicas.

FOTOS: DORY HERNÁNDEZ

Nuestra entrada en el domicilio de la fallecida y su familia coincide con la visita de un empleado de una póliza de seguros. Uno de los hermanos de Vera firma unos documentos mientras la madre, muy afectada por la pérdida de la mayor de sus hijas, nos invita a sentarnos.

Vera Lucía Da Luz tenía 33 años, había nacido en Cabo Verde pero llevaba casi toda su vida en Lanzarote. Esta vecina de Arrecife padecía desde 2003 un problema muy común entre las mujeres: miomas uterinos. Previsiblemente, también era sencilla la operación a que debía someterse, una miomectomía abdominal.

La joven, que por nada del mundo quería dejar de ser madre, estuvo asesorándose bastante tiempo y, tras consultar en diversos centros públicos y privados de Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife y parte de la Península, decidió acudir a la clínica Dexeus de Barcelona, cuyos profesionales fueron los que más opciones le dieron de poder ser madre tras la extirpación de los miomas. “Allí fue donde más probabilidades de éxito le dieron. La operación consistía en extirpar los miomas pero con la seguridad de que no le iban a quitar ni los ovarios ni el útero”, comenta José, uno de sus cinco hermanos.

Mucho antes de la intervención, Vera acudió en repetidas ocasiones a Barcelona. En la clínica estuvieron tratándola desde marzo de 2003. Le hicieron pruebas, análisis, se emitieron informes médicos sobre sus miomas y conocían de sobras el historial clínico de la paciente. La operación tenía un coste de más de 5.000 euros, pero para Vera era bastante importante invertir en salud.

La mañana del pasado jueves 11 de enero la paciente fue intervenida y le fueron extraídos más de 40 miomas sin necesidad de extirpar el útero. Al respecto, los expertos aseguran que una mujer de color suele presentar casi el doble de miomas que una mujer de raza blanca.

Los médicos anunciaron entonces a la familia el éxito de la intervención, e incluso Vera estuvo hablando con sus allegados telefónicamente. Sus familiares supieron, sin embargo, que la paciente había perdido más de un litro de sangre durante la operación. Los facultativos advirtieron a los familiares de Vera que, a pesar del éxito de la intervención, su situación todavía era de riesgo debido al estado de su abdomen.

Una segunda intervención

Tras pasar esa noche, Vera comenzó a quejarse ya el viernes al mediodía de un fuerte dolor en el abdomen y una fuerte hemorragia comenzó a hacer mella en el interior del abdomen de la paciente. El personal de la clínica observó entonces, a través de una analítica, que en el postoperatorio sus defensas estaban por debajo de los niveles mínimos. “Estaba con 1,6 cuando las defensas están por los suelos cuando están por 1,7”, explica Nico, el novio de Vera.

Los cirujanos tuvieron que intervenir de nuevo para parar la pérdida de sangre, pero tampoco localizaron la hemorragia en el abdomen. “Creo que estuvieron limpiando y mirando por las paredes, a esto le llaman efecto camisa pues se empieza a sangrar por muchos lados, pero comprobaron que no estaba sangrando”, agrega Nico. “Los médicos tuvieron entonces que cerrar pero en el quirófano, según cree su familia, le retiraron el drenaje del estómago”.

En este punto, hay dos circunstancias que no comprende la familia de Vera: por qué se le suministró un sustitutivo de la sangre en forma de suero a la paciente en lugar de sangre, como sospecha, cuando los médicos sabían que la coagulación de la paciente no era de las más rápidas, y por qué, tras un drenaje en el estómago, se le retiró el tubo gástrico que permitía la expulsión de cualquier vómito, tal como creen.

“Si los médicos se aseguraron de que estaba seca, ¿de dónde salió tanto vómito?”, se preguntan sus allegados. Los familiares entienden que normalmente estos drenajes suelen dejarse de modo permanente hasta que la paciente está totalmente incorporada para evitar, debido a la falta de sangre, que los vómitos se acumulen en el interior del cuerpo. “Les pregunté por qué había vomitado pero no me contestaron”, subrayó Nilza, hermana de Vera.

Como consecuencia de esa segunda intervención, según sospechaban los familiares de Vera y tal y como certificó finalmente el informe médico de defunción, los pulmones de la paciente terminaron encharcados debido a los vómitos, que se quedaron en su pecho, sufriendo al instante un infarto que terminó con su vida. Los médicos certificaron su muerte a las 00:10 horas del pasado sábado, 13 de enero.

Denuncia

Una vez personada casi toda la familia de Vera en Barcelona, hasta el domingo no les fue entregado un informe médico por escrito. Fue al día siguiente, el 14 de enero, cuando interpusieron una denuncia ante la Policía Local de Barcelona relatando esta sucesión de hechos. “Mi hija fue a operarse de miomas y me la han entregado muerta”, afirma Rosa, madre de Vera, derrotada por el dolor.

El pasado viernes 19 de enero, la familia trasladaba el cadáver de Vera hasta Lanzarote. Tras una misa fúnebre, su entierro se celebró el día 21 de enero, una semana después de su fallecimiento. La demora, entre otras causas, se produjo por la negativa momentánea de la clínica a entregar cualquier documento a la familia.

El abogado que lleva el caso ya tiene los poderes y está haciéndose con todos los datos clínicos de la fallecida, a la espera tan sólo de que le entreguen por vía judicial una segunda autopsia y un análisis químico.

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