Comienza el fin del estigma del SIDA
Un año más nos ponemos el lazo rojo; un año más vemos los puestos informativos y nos acordamos de que es el Día Internacional de la Lucha contra el Sida; un año más leemos y oímos cifras de repuntes y datos de contagio; un año más seguimos pensando que “a mí no me va a tocar”.
De nuevo vuelven a salir a la palestra los conceptos de “rechazo”, “soledad” o “visibilidad” pero los dramas que sufren la mayor parte de las personas que tienen el VIH no lo viven sólo cada 1 de diciembre.
Natividad Guadalupe es la presidenta de Faro Positivo. Es vital, optimista y cree que poco a poco todo el mundo va sabiendo lo que es el SIDA y sus tres únicas vías de contagio.
Para empezar los datos son buenos. Este año ha habido un descenso del 17% en los contagios. Curiosamente, es en los países más ricos donde los datos se invierten con un pequeño repunte, debido a la irresponsabilidad de muchas personas a la hora de mantener relaciones sexuales sin protección.
Para Natividad, “el descenso de los contagios es la consecuencia de las campañas de información y prevención que estamos haciendo con la sociedad ya que afortunadamente en los treinta años que llevamos de pandemia, los datos que maneja la población han aumentado mucho”. Aún así, entiende que “todavía queda mucho camino por hacer ya que aunque el tratamiento de los antiretrovirales es muy eficaz, ha habido un relax por parte de la población”. Cree que “hay personas que piensan que como ya existe un tratamiento, no pasa nada”.
Sin embargo, distintas encuestas publicadas con motivo de esta efeméride, hablan de los múltiples conflictos psicológicos que provoca la enfermedad en la personas, uno de ellos, la soledad. Dice un tercio de los portadores del VIH que cuando dijeron a sus amigos que tenían el virus, dejaron de recibir sus llamadas; el 70% asegura que cree que perdería su empleo si su jefe se enterara y un 28% ha notado que las personas no les dejan acercarse a sus hijos cuando saben que son portadores. Para la presidenta de Faro Positivo, “es verdad que al principio la gente se aparta pero ya cada vez menos y si se produce es porque todavía queda mucha ignorancia por parte de la sociedad y un miedo en el cuerpo que queda de cuando empezaron a aparecer los primeros casos de SIDA en los años 80”.
Para Natividad, “el problema es que hay personas que prefieren no saber y piensan que no les va a tocar y hasta que no te pasa a ti o a alguien cercano, ni te lo planteas”. Sin embargo, dice que “afortunadamente, la gente cada vez está más concienciada, sobre todo la gente joven y eso es algo que he podido ver en las charlas que doy en los institutos”.
En cuanto a la visibilidad en el trabajo, sigue siendo el talón de Aquiles para muchas de las personas infectadas. Piensa que “todavía queda mucha gente que opina que va a ser rechazado y eso provoca que la persona no quiera decirlo y crea que si no lo dice, el virus no existe”.
Pero para llegar al momento en que la sociedad vea como algo normal que un compañero o un familiar tenga el VIH queda todavía mucha campaña de sensibilización que hacer. Faro Positivo acaba de concluir una llamada “Exprésate” que pretendía acabar con el estigma de los portadores. Asevera que “es una labor lenta y complicada porque cuesta quitarse de encima la imagen que se ha visto durante tantos años”.
Una de las formas menos conocidas de contagio es la que se produce a través de la lactancia materna. Afortunadamente, cada vez son menos los niños infectados y eso se debe a la eficacia de los medicamentos a la hora de prevenir que nazcan bebés con el virus. En cuanto una mujer se queda embarazada se le practica el test del SIDA y si se descubre que existe la infección, entra el protocolo para medicar a la mujer y evitar que su hijo se contagie.
Miedos ¿injustificados?
“Es probable que muchas de las personas que no dicen que tienen el SIDA por miedo al rechazo se llevarían una sorpresa agradable si visibilizaran su caso y se darían cuenta de que sus amigos o compañeros de trabajo ven su situación como algo normal”, reconoce la presidenta de Faro Positivo. Aún así, entiende que “dar el paso de decirlo es muy duro y cada persona tiene que tomar sus propias decisiones”. Lo que está claro para Natividad es que “con el virus tienes que vivir hasta que te mueras y cuanto antes aceptes todo lo que conlleva mejor”.
Otra de las cuestiones que llevan a un portador del VIH a no revelar su “secreto” es el miedo a hacer daño, a provocar sufrimiento en la familia o los amigos. Es más, en ocasiones son los propios afectados los que generan situaciones confusas. Un dato revelador da a conocer que uno de cada tres afectados renuncia a mantener relaciones sexuales por miedo a transmitir la enfermedad. En opinión de la presidenta de Faro Positivo, “esto es algo complicado porque los seres humanos no estamos preparados para vivir aislados y necesitamos el contacto y el cariño y dentro de eso están las relaciones sexuales, más cuando el afectado sabe perfectamente cuáles son las vías de contagio y que si lleva a cabo unas prácticas sexuales con precaución, no va a haber ningún problema”.
Lo que no cree Natividad es que haya discriminación en cuanto a la hora de juzgar a un hombre o a una mujer que tenga el virus. “Estamos en el siglo XXI y ya eso da lo mismo aunque es verdad que la gente se sigue preguntando cómo se ha infectado la persona y eso debería ir acabándose”.
Para la presidenta de esta ONG es importantísimo que una persona a la que se le acaba de diagnosticar el virus acuda a asociaciones como Faro Positivo porque allí se va a encontrar “un grupo de personas que le comprenden y profesionales que le van a poder asesorar”.
En cuanto a la campaña que están llevando a cabo esta jornada del Día Internacional en la calle, dice que “hay de todo, desde el que pasa muy deprisa y no se para hasta los curiosos y la gente que se muestra realmente interesada”. En general, Natividad se muestra contenta, piensa que se va a avanzando, poco a poco, sin prisa pero lo más importante, sin pausa.