Basiru Sarr pide la colaboración ciudadana para poder traer a su hija de Gambia
Basiru Sarr Jammen lleva 17 años en España. Llegó buscando una vida mejor pero tuvo que pagar el precio de dejar en Gambia una hija recién nacida, cuya madre falleció al poco tiempo de venir al mundo. Ahora, con un trabajo estable y una nueva familia con tres niños muy pequeños, ha visto la posibilidad de traer a esa joven que tuvo que quedarse en Gambia con su abuela.
Lo que sucede es que el papeleo no es el mismo en Gambia que en España. Tras aportar la documentación en la embajada de Dakar, se vio con el problema de que le reclamaban una prueba genética para demostrar su vinculación familiar y esa prueba no es barata. “Ella tiene sus papeles y la partida de nacimiento que atestigua que es mi hija pero en la embajada dijeron que no era suficiente, que tenía que aportar una prueba de ADN”, explicó este miércoles Basiru Sarr Jammen en el programa “La Mañana de Lanzarote” de la Cadena Cope.
La niña vive en un país que hace 17 años era tranquilo, pero que en la actualidad está pasando un momento complicado. “Me dicen que tenía que haberla registrado antes y sólo aceptan esa prueba de sangre”, lamenta.
Esta prueba genética cuesta unos 450 euros en España y habría que llevarla hasta Dakar, que es donde su hija, debería aportar el mismo test genético en la embajada. Allí, ese análisis supone un importe algo menor que en España, unos 300 euros. Pero a esto hay que agregar los trámites burocráticos y el billete de avión para que la joven viniera a Lanzarote.
Sin embargo, no sólo está el problema económico. Según cuenta Basiru, en la embajada se les ha dado un plazo máximo para presentar las pruebas, plazo que finaliza el 11 de febrero, un mes después de hacer la solicitud inicial. Si no se aporta el material, habría que empezar todo el proceso de nuevo.
A día de hoy, la menor está viviendo con una familia senegalesa en Dakar, a la espera de poder superar todo este proceso. Si no, tendría que volver a Gambia, donde cuenta con los pocos ingresos de dinero que puede aportar su padre.
La diplomacia española poco parece que puede hacer, a pesar de que Basiru es ciudadano español de pleno derecho. Según explica, sí se ha establecido algún tipo de comunicación, pero siguen a la espera de respuesta.
Lo cierto es que para Basiru, los 2.000 euros que asegura que se necesitarían en total para traer a la niña son una cantidad imposible de reunir. A pesar de que desde que llegó a España, no le ha faltado trabajo, mantener a una familia con tres niños pequeños no le permite ahorra ese montante. Tampoco tiene quién se lo pueda prestar.
Por eso, pide que cualquier persona que se pueda poner el papel de este padre desesperado, le ayude económicamente. Para ello, aporta su número de teléfono personal, 678 24 27 85. De este modo, podrán hablar con él y ver de qué manera se puede conseguir su ansiado reagrupamiento familiar.