Unos desconocidos colocaron este domingo de madrugada dos colchones utilizando la unión que hizo Freud de Eros y Tánatos y una petición en euskera de la libertad de los ovarios para llamar la atención de la gente

¿Arte urbano o vandalismo para reivindicar el amor libre en Costa Teguise?

Unos desconocidos, casi con total probabilidad de origen vasco y con un notable nivel cultural, dejaron este domingo de madrugada un curioso mensaje para todos aquellos que tuvieron a bien madrugar en la zona turística y residencial de Costa Teguise.

Sin que este diario pueda saber si se trataba de una vulgar expresión artística o de un acto de puro vandalismo urbano motivado por el exceso en el consumo de alguna sustancia que confunde la razón, estos anónimos porteadores decidieron colocar enfrente de los apartamentos "Los Molinos" dos colchones orientados hacia la carretera para que todo el mundo pudiera leer lo que querían trasladar a la galaxia. "Eros y Tánatos" rezaba el primer colchón; "Gora obario askatuta" el segundo.

Resulta que fue el célebre psicoanalista Sigmund Freud quien utilizó los nombres de Eros y Tánatos para referirse a dos instintos básicos que actúan en el ser humano, los instintos de vida y muerte. Eros era para él un instinto cuya característica es la tendencia a la conservación, a la unión y a la integridad, a mantener unido todo lo animado. Un instinto que tiende a la unión, a la vida, que posibilita el sexo como placentero y como generador de nueva vida. Tánatos, sin embargo, es el instinto de la muerte. Designa las pulsiones de muerte que tienden hacia la autodestrucción con el fin de hacer que el organismo vuelva a un estado inanimado, a la desintegración, hacia la muerte en una palabra. Freud entendía que ambos instintos forman parte de todos los seres vivos, y comienzan a operar o están presentes desde que cada individuo nace. Entre ellos hay una permanente lucha que crea tensión, tanto en el individuo en particular, como posiblemente también en la sociedad humana.

Eros era el dios del Amor. Aunque en la mitología griega Eros no tiene un significado tan unívoco, es en todo caso un dios que, además de ser el dios del amor y la pasión, constituye una fuerza cósmica que presidió la constitución misma del cosmos. En esta concepción, Eros era también el dios que unía a los dioses con los hombres y que mantenía todo unido como un continuo. Tánatos era una criatura de una oscuridad escalofriante, comúnmente representada como un joven alado con una tea encendida en la mano que se le apaga o se le cae.

De ahí que haya que interpretar que los grafiteros nocturnos de Costa Teguise sabían exactamente qué es lo que estaban escribiendo y por qué lo hacían en el primer colchón. En el segundo colchón la cosa es más obvia: en una traducción sencilla del euskera utilizado no es más que "viva el ovario libre", escrito en este caso con "b" de burro porque en el idioma de los vascos no se utiliza la "v".

¿Artistas, grafiteros, simples gamberros, turistas, residentes? Teniendo en cuenta que la Policía Local y la Guardia Civil se habrán enterado seguramente después de que nuestro fotógrafo inmortalizara la obra, es difícil que lo lleguemos a saber. De hecho, el Ayuntamiento de Teguise actuó presto y a la hora en la que circulaban por la zona los menos madrugadores ya no quedaba ni rastro de los colchones, y mucho menos de Eros y Tánatos.