Antonio de la Rosa cumple el reto de unir las ocho islas habitadas del Archipiélago en siete días
El aventurero vallisoletano Antonio de la Rosa ha conseguido este domingo cumplir su difícil reto de unir las ocho islas habitadas del Archipiélago en un corto espacio de una semana, utilizando para ello únicamente su incansable esfuerzo.
La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y La Palma son las siete islas que ha enlazado Antonio de la Rosa navegando en kayak y ascendiendo a la cota más alta de cada una de ellas. Aunque con este número cumplía la promesa de su reto, la
expedición no terminó hasta este domingo, cuando tenía previsto llegar a El Hierro, subir a la cima del Malpaso (1.500 m) y alcanzar el Faro de Orchilla, extremo más occidental de las Islas Canarias.
Si un tramo de kayak preocupaba a Antonio de la Rosa antes de iniciar la expedición 7 Islas 7 Cumbres 7 Días era la que le tenía que llevar hasta La Palma, tanto por su longitud como por la previsión de vientos, corrientes y olas en contra. Finalmente, sin embargo, se le ha hecho más
llevadera de lo que pensaba. Aunque eso no quiera decir que haya sido fácil. De la Rosa emprendía la travesía a las 4:40 de la madrugada desde Valle Gran Rey (Gomera), con un tiempo que parecía muy favorable, sin apenas viento ni olas y una temperatura muy llevadera.
Pero esas condiciones han durado hasta que sus paladas le han llevado fuera de la cobertura de la isla y se ha topado con un fuerte viento de través, que levantaba nerviosas olas en plena oscuridad. El aventurero ha tenido que lidiar con estas dificultades durante toda la mañana, aunque con el amanecer ha podido al menos ver venir las olas y anticiparse a ellas.
El mar ha estado muy movido durante toda la travesía, pero ha cobrado una fuerza todavía mayor en las cercanías de Fuencaliente, el extremo sur de la isla de La Palma. Allí, las olas eran mayores y el viento ha alcanzado los quince nudos. Finalmente, Antonio de la Rosa ha desembarcado en el barrio de El Faro a las 13:30 de la tarde, con una gran satisfacción en el rostro pese a su lógico cansancio.
Después de cocinarse un bote de fideos y descansar un rato a la sombra de las barcas de pesca de los vecinos de esa playa de guijarros negros, Antonio ha montado en la bicicleta para acometer una larga ascensión de 2.426 metros de desnivel hasta el Roque de los Muchachos.
Primero, un tramo de carretera por el campo de lava de Fuencaliente y a partir de esta población, una pista que le ha llevado a recorrer los paisajes del Parque Natural de Cumbre Vieja, primero, el Parque Natural de las Nieves tras ponerse el sol y el borde del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente ya pasada la medianoche.
El camino se le ha hecho muy largo, debido a las dificultades del terreno, arenoso primero y pedregoso después, que le han obligado a empujar la bicicleta o llevarla al hombro durante kilómetros. El único consuelo en esos momentos de cansancio y desesperación por la lentitud en el avance eran las excepcionales vistas de la isla del Hierro mientras se ponía el sol.
Finalmente, ha alcanzado la cima del Roque de los Muchachos, donde se encuentra un gran observatorio astrofísico internacional, a las 7 de la mañana. Antonio ha decidido descender hasta Fuencaliente por carretera a pesar de tener que bajar en condiciones muy adversas.