11.828 escolares de Infantil y Primaria se incorporan a partir de hoy a los colegios de la Isla
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Unos 138.224 escolares de Educación Infantil y Primaria se incorporarán a partir de este jueves, día 7 de septiembre, a las aulas de los 879 centros educativos públicos y concertados de Canarias que imparten Educación Infantil y Primaria con motivo del inicio del curso escolar 2006-2007, según los datos provisionales de escolarización contabilizados por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes.
De estos 138.224 estudiantes, 45.099 son de Educación Infantil y 93.125 de Educación Primaria. No obstante, y en virtud de la autonomía organizativa de los centros, sí éstos así lo disponen, el inicio de la actividad lectiva se podrá extender hasta el día 11 de septiembre pero siempre garantizando un mínimo de 175 días lectivos.
Por islas el número de alumnos de Infantil y Primaria es el siguiente: Fuerteventura, 9.418; Lanzarote, 11.828; Gran Canaria, 57.333; La Gomera, 1.600; El Hierro, 804; La Palma, 5.900; y Tenerife 51.341. Estos datos de escolarización son aún provisionales al estar abierto el periodo extraordinario de matriculación durante este mes de septiembre, por lo que la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias espera ofrecer los datos definitivos de alumnos a principios del mes de octubre.
El número total de docentes que atenderá a estos niveles educativos se eleva a 10.569. De éstos, 2.502 impartirán docencia en Educación Infantil y 8.064 en Educación Primaria.
A partir del próximo martes, día 12 de septiembre, se incorporarán a las aulas los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y a partir del día 13 los estudiantes de Bachillerato, Formación Profesional, Programas de Garantía Social y Enseñanzas Artísticas.
Un desayuno equilibrado
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha lanzado una serie de recomendaciones dirigidas a los padres de los alumnos de Primaria, Secundaria e Infantil de Canarias para afrontar de forma saludable el presente curso escolar 2006/2007.
En esta presente edición, la Consejería de Sanidad se dirige a los progenitores con el objeto de facilitar psicológicamente la “vuelta al cole” así como la integración de los alumnos de Infantil. Los especialistas aseguran que las sensaciones que experimentan los niños con la llegada del nuevo curso pueden ser ambivalentes: por una parte, es emocionante crecer e ir a la escuela pero, por otra, también se siente ansiedad al pensar en la separación de los padres. Estas sensaciones son las esperables en un niño, y como padres hay que entender el estado en que se encuentra y prepararse para ayudarle.
Un buen modo de ayudar al niño a manejar su ansiedad ante la vuelta al colegio es, según los expertos, intentar que el aula se convierta en un sitio familiar. Antes de que empiece el curso, sobre todo si es el primero para el niño, es conveniente que visite la clase, juegue en el patio e inspeccione un poco el edificio.
También es de gran ayuda hacer saber al niño que no va a estar completamente aislado de sus padres, y debe quedarles claro que, si fuera necesario, en cualquier momento el personal del centro podrá ponerse en contacto con ellos.
Para los escolares mayores, la vuelta suele ser menos traumática, y normalmente estará determinada por la experiencia vivida el año anterior. Si ésta fue experimentada de manera positiva por el niño, no debemos preocuparnos. Si embargo, si el niño lo pasó mal, el recuerdo influirá en su percepción del nuevo curso, por lo que los padres deberán tratar de hacerles comprender que, a pesar de las últimas experiencias, este año puede ser diferente.
El paso de la Educación Primaria a la Secundaria Obligatoria trae, además, otro tipo de problemas. Pueden llegar a oídos de los niños rumores o ideas erróneas acerca del nuevo centro. Es conveniente en este caso que los padres se interesen por conocer estas posibles concepciones equivocadas y que intenten contrastarlas con la realidad, para ayudar al niño a disminuir la ansiedad que puedan generarles. Además, en niños tímidos, este cambio tiene una especial importancia.
Sería útil explicarles que van a ir a un nuevo colegio, en el que hay gente mayor que ellos. En el caso de que no conozcan a nadie en el nuevo centro, podemos considerar la opción de que se matriculen en actividades extraescolares, ya que éstas son una buena manera de entrar.
La Consejería de Sanidad plantea además otro tipo de recomendaciones como por ejemplo: el desayuno equilibrado. El desayuno es la comida más importante del día, ya que proporciona la energía necesaria para afrontar las tareas matinales y equilibra el reparto diario de alimentos. Los niños que van al colegio sin desayunar se duermen en clase, rinden menos, y tienen mucha mayor tendencia a la obesidad.
Un desayuno equilibrado debe estar compuesto por lácteos (leche, yogures, quesos), cereales (copos, gofio, pan) y frutas frescas o zumos naturales. Es importante evitar la sal, las grasas, las bebidas estimulantes y refrescos, y la bollería industrial (utilizan grasas saturadas). Jamás debe proporcionarse a un niño ningún tipo de bebida alcohólica, aunque tenga una baja graduación, o esté rebajada con agua.
Con respecto al calzado, el cuero es el material más adecuado en el calzado. El zapato deberá tener puntera redondeada y con un tacón de 0,6 a 0,9 cm de alto para los niños de entre 3 y 9 años. Para niños mayores, la parte posterior del zapato debe ajustarse con comodidad al talón y ha de eliminarse el uso de tacones altos, especialmente en las niñas de entre 12 y 16 años cuyo uso parece ir en aumento. Debe quedar distancia ente la puntera del zapato y el dedo más largo. El crecimiento nos obliga a evaluar el ajuste del calzado con frecuencia, cada 3 ó 4 meses, porque en ese tiempo puede quedar pequeño para los pies del niño.
La ropa debe ser cómoda y holgada, preferentemente en tejidos naturales que permitan transpirar con normalidad. Es conveniente evitar cinturones, elásticos apretados o prendas ajustadas que se incrustan y oprimen al permanecer sentados, dificultado una buena circulación sanguínea.
La mochila debe adecuarse al tamaño y peso del escolar, no debiendo superar su peso el diez por ciento del peso corporal, con lo que se evitan sobrecargas en espalda, caderas y pies. Debe disponer de tirantes regulables de un ancho mínimo de 4 cm a la altura de los hombros, y con sujeción a la cintura para evitar golpes por oscilación. El respaldo debe ser acolchado y la mochila debe caer sobre la zona lumbar (por encima de las nalgas).
La carga debe repartirse en el interior de la mochila, poniendo lo más pesado y voluminoso lo más cerca posible de la espalda, y lo más ligero, más lejos en la parte exterior. Las bolsas y carteras que se llevan con una sola mano o sobre un hombro no son aconsejables para cargar peso, y provocan desequilibrio en la correcta postura de la columna y hombros. Las mochilas con ruedas son poco manejables y producen una rotación forzada de la columna que da lugar a dolores de espalda y hombros.
En cuanto a la higiene personal es indispensable una ducha diaria, mejor si es antes de acostarse, insistiendo en axilas, pies, genitales y pliegues de la piel. El lavado del cabello con un champú normal y el cepillado frecuente nos permiten revisar con frecuencia la cabeza del niño, en especial la zona de la nuca y sobre las orejas. En caso de detectar piojos o liendres, deberá instaurarse tratamiento antiparasitario en forma de loción con tiempo de posado, mejor que en forma de champú, y cerciorase de que se eliminan las liendres con el peine fino o liendrera. Las manos deben lavarse con frecuencia, en especial después de ir al baño, antes de cada comida, tras acariciar a cualquier tipo de animal, y siempre que se toquen objetos sucios y el suelo.
Las uñas deben cepillarse con cepillo suave y recortarse semanalmente, dándoles forma redondeada a las de las manos y recta a las de los pies. Los dientes deben cepillarse cuidadosamente (mínimo 2 minutos) después de cada comida, tras consumir golosinas o refrescos, y antes de acostarse.
La falta de sueño provoca falta de atención en la escuela y bajo rendimiento escolar, además de favorecer la inseguridad, la timidez y el mal carácter. Aumenta también la propensión a sufrir accidentes.
Los niños de 4 a 6 años necesitan un descanso nocturno de 11 a 12 horas, y una siesta de una hora y media. Los de edades entre 6 y 14 años requieren un descanso de 10 a 11 horas, y a partir de los catorce años, debe descansar un mínimo de 8 a 9 horas.
Es importante instaurar una rutina con respecto a la hora de acostarse y de levantarse. Los padres, y no el niño, deciden la hora de acostarse. El niño debe dormir en su habitación, en su propia cama, y en entorno acogedor (con sus cosas) y limpio, sin ruidos y con oscuridad. El pijama ideal es aquel que permite la transpiración y los movimientos durante el sueño, evitando que el niño pase frío durante la noche si se destapa.
La realización de ejercicio físico adecuado a la edad y capacidades del escolar nos permite evitar o controlar la obesidad, en constante aumento entre la población infantil.
Limite el tiempo que el niño dedica a permanecer sentado ante el ordenador o ante el televisor y foméntele actividades que conlleven ejercicio.
Finalmente, recuerda la importancia de vacunar a los escolares respetando escrupulosamente el Calendario de Vacunas. Las vacunas han permitido erradicar enfermedades de graves consecuencias como la poliomielitis, y nos permiten evitar la transmisión y el contagio de muchas otras como la difteria, tos ferina, tétanos, rubéola, parotiditis (paperas), hepatitis, o sarampión. Consulte con su pediatra.