Te los regalo...
Por Miguel Ángel de León
Ya están todos ahí puestos y expuestos en las listas electorales. Son los candidatos a gobernarte. Son los que van a seguir llevando las riendas de tu ayuntamiento, el Cabildo de los siete presidentes -y presidentas- en un solo mandato y los que cogerán el Objeto Volador No Identificado (Binter para los amigos y demás personas piadosas) hasta Tenerife a hacer como que hacen algo por ti en el Parlamento autónomo, autonómico o autómata (táchese lo que menos guste o proceda). Ocho parlamentarios dicen que tenemos allí durante toda la legislatura trabajando por y para Lanzarote. ¿Usted los vio alguna vez? Yo tampoco.
Muchos de esos nombres que aparecen en esas listas que acaban de hacerse públicas son tus vecinos. Saben de política casi tanto -cuando no muchísimo menos- como tú. Saben de honradez pública lo mismito, pizco más o menos, que tú de física cuántica. Muchos prometieron incluso hace apenas unos meses, de forma pública y publicada (está en las hemerotecas impresas y digitales), que no volverían a presentarse “más nunca”, y aparecen de terceros en alguna candidatura. Ésa es su palabra, la que casi siempre se acaba llevando el viento, no por culpa del que la pronuncia sino como consecuencia de vivir en una isla tan, tan, tan ventosa. Pensar otra cosa sería ser muy mal pensado, y ellos no se merecen que siga diciendo esa frase hecha de que “todos los políticos son iguales”. ¡Mentira! Hay algunos que son peores...
Ya andan y no paran los partidos políticos, con la inestimable ayuda de la prensa que gusta de ejercer como mera caja de resonancia de aquéllos, dando la vara y la tabarra con lo de sus respectivos candidatos, como si esa matraquilla importara o importase algo (aparte de a los propios interesados, amigos, familiares y enchufados: media población) en una isla crecientemente abstencionista. Y en este punto insisto en recordar humildemente a los no avisados que la abstención es tan democrática como el voto, en contra de lo que creen los que tienen una idea primaria, por no decir primitiva, de la democracia. Confunden los políticos el "interés" que le muestra parte de la prensa adicta con el otro interés que le presta el ciudadano, que es prácticamente nulo, valgan verdades.
Hay gente, en efecto, con una idea muy arcaica de la democracia que se lamenta de la abstención, incapaz de ver el lado positivo de ese fenómeno: la capacidad de castigo de la masa abstencionista es un instrumento político de primera clase, aunque sea de lamentar que esa actitud no se vea argumentada en discursos, entrevistas o editoriales, y que no haya líderes abstencionistas, excepto cuatro gatos. Lo dejó escrito poco antes de su reciente desaparición Carlos Luis Álvarez, Cándido, en el diario ABC: "El abstencionismo es un fantasma comprometido porque no es un desertor de la democracia, sino que se atreve a exigir más democracia. Pero sin planificación y sin programa, pasa a ser la Cenicienta de la democracia. Se presenta sin rostro, una irrealidad que, sin embargo, opera realmente en los resultados electorales. Y eso sin estructura. Imaginemos el porcentaje que obtendría ese no-movimiento electoral si supiera organizar cuanto lleva en el saco y dispusiera de un líder fascinante capaz de transformar en energía política ese elevado porcentaje de encogimiento de hombros ante las urnas”.
Sí, ya están todos puestos y expuestos en las listas. Ya puedes votar por ellos. O no. Tú mismo. (de-leon@ya.com).