Retrato de un asesino

Lo escribió el autor inglés Bailby Portens hace apenas unos siglos, pero lo sabemos o lo intuimos casi todos desde que el mundo es mundo, pizco más o menos: “Mata a un hombre y serás un asesino; mata a dos mil hombres y serás un héroe”. Elemental, querido Bush.

Lo que sigue a continuación es la ficticia autobiografía de urgencia de un asesino. De un asesino perfectamente idiota en un país donde los “sabios” (de Hortaleza) entrenan selecciones nacionales de fútbol y regresan de Alemania en octavos de final, y no en cuartos como antaño (hasta esa tradición estamos perdiendo). Que hable él:

“El hombre sólo se aproxima a Dios cuando crea o cuando destruye. Cuando engendra o cuando mata.

Si matar es un crimen, Dios es entonces el mayor criminal de la Historia universal.

Yo no creo en Dios, pero los que creen en él se niegan a aceptar esa evidencia elemental.

Soy ignorante, e ignoro esa presunta existencia divina. No soy ateo. Ni agnóstico. Soy un idiota. No leo a los que escriben. No escucho a los sabios. Recelo de todo academicismo.

Pero soy un ignorante consciente de mi idiocia, de mi estulticia absoluta. Sé de lo simple de mis argumentos. No tengo certezas, excepto la total certidumbre de mis estupideces.

Y además soy un asesino, por si no lo había contado. Pero no me he endiosado, pese a tener ese gesto tan divino de matar a sangre fría, consciente y sabedor del mal que provoco y del daño que causo con mis crímenes alevosos.

Déjenme tranquilo, que yo no me meto con el trabajo de nadie”.

NOTA AL MARGEN: Lo que acaban de leer es ficción, como queda dicho y avisado en el segundo párrafo de este atípico artículo de opinión, aunque cualquier parecido con la realidad pueda ser algo más que simple o simplona coincidencia. ¿Y a qué viene hoy esta digresión? Pues a que me niego a escribir una línea más sobre INALSA y sus mil y un conflictos; sobre las guerras inter o intrapartidistas de cara a las elecciones locales de 2007; sobre el PEPA, el PUPA, el Papa y el batata del concejal; sobre las pateras y los patéticos discursos racistas; y mucho menos sobre la cantada derrota de España en el Mundial de Alemania ante Francia del pasado martes por la noche. ¿No entran ganas de matar a alguien? Pues de ahí el retrato de un asesino idiota. Tan idiota como quienes hacemos caso de todas esas naderías y otras similares, para mi gusto. Que les aproveche... y que con su pan se lo coman los que sacan partido a esta partida de protagonistas de la patochada perenne, partidista y partidaria. Panda de plomos, primo. (de-leon@ya.com).