No seas tímido
La pasada semana, la organizadora de una fiesta o reunión de teóricos amigos me llamó al día siguiente del encuentro para echarme en cara, una vez más, mi ausencia. Me alegró que se diera cuenta de que no fui, lo reconozco, pero no entiendo que no termine de percatarse, con todos los años que hace que me conoce esa mujer, de que las reuniones multitudinarias (para mí, una multitud es donde hay más de dos personas) me aburren casi tanto como las series españoñas de la caja tonta televisiva, figúrese usted. La mayor parte de la gente que trabaja de cara al público suele ser muy tímida, en contra de lo que pudiera o pudiese parecer a primera vista. Los más grandes actores, por ejemplo, suelen ser enormes y cuasi enfermizos tímidos. No está claro si se hacen actores para maquillar su timidez o si son tímidos por ser tan grandes actores. Las dos actrices, una de cine y otra de teatro, con las que he tenido la suerte de entablar una profunda y ya vieja amistad son incluso mucho más hurañas que yo, que ya es decir. Y no pocas personas que se mueven en el mundillo periodístico son de un esquivo y de un arisco que tumba de espaldas a cualquiera. No me invento nada. Y después están los que no son nada tímidos, que acostumbran a ser también toletes convictos y confesos. Simples o simplones boboalegres, por decirlo en conejero.
Algunos conocidos me dicen que soy tímido sólo cuando me interesa. No es exactamente cierto, claro, pero tampoco voy a perder mucho tiempo ni esfuerzo en desmentirlo. Cría fama y dedícate a descansar, que dice el dicho. Los equívocos, al fin y a la postre, siempre terminan siendo divertidos. En ellos se basan, precisamente, cualquier buena comedia que se precie. Personalmente, y puestos a contar verdades, me reconozco poco amigo de eso que hemos convenido en llamar como "actos sociales", que es un nombrete tan impreciso y vago como aquel otro de "sociedad civil" (militar ya va quedando muy poca, me parece, pero incluso ésa también es "civil", como la Guardia del mismo nombre).
Como casi cualquier otro hijo de vecina, recibo de forma periódica muchas y casi siempre interesantes o atractivas invitaciones para actos sociales aparentemente distintos y distantes (aunque al final a mí todos me parecen siempre el mismo, pero es probable que sea un prejuicio mío sin fundamento real u objetivo, no lo descarto). Y suelo agradecer siempre, de forma personal e incluso públicamente -como ahora mismo-, tales muestras de amabilidad que alguien habitualmente tan esquivo como el que esto firma ni se merece, valgan verdades. Un suponer: la muy vilipendiada (por parte de quienes más vilipendios merecen: los políticos lugareños) Fundación César Manrique tiene a bien enviarme invariablemente la atenta invitación para todos y cada uno de los actos que organiza con sobrado tino y acierto (conferencias, exposiciones, coloquios, etcétera). Y el propio fundador de la Fundación, el mismo César Manrique al que ahora dicen defender los mismos miserables que le hicieron la vida imposible, me envió en su día y momento la atentísima invitación para la inauguración oficial de la FCM. Y ésta es la hora, casi tres lustros después de aquel gesto manriqueño para con este torpe juntaletras, en la que todavía no me he dejado caer por allí ni en una sola ocasión, y no precisamente por falta de ganas, bien lo sabe el Cielo. Quiero creer que todo se andará con tiempo y tabaco, aunque ya no fumo desde hace décadas. (Pereza, falta de tiempo, otras ocupaciones... o simple aversión a los "actos sociales" que citábamos al principio? A lo peor, un poco de todo. A lo mejor, nada de eso. Uno nunca sabe casi nada de uno mismo. Ésa es la gran verdad, para mi gusto.
(Huraño, esquivo, hosco, arisco, ceñudo, misántropo, tímido, insociable, introvertido, misántropo, misógamo? Misógamo, sí, es lo que mejor me retrata (no confundir con misógino, cuidado). Lo cual no significa nada, claro, porque hasta Groucho se acabó casando... y cansando: "No es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio". Cuánta razón, vive Dios. (de-leon@ya.com).