La amenaza fantasma
Como las malas noticias nunca vienen solas, ya he leído en varias ocasiones en las últimas fechas que el Cabildo de esta pobre islita rica sin gobierno conocido, y más en concreto su Consejería de la poca Cultura que nos va quedando, tiene la sana intención (¿) de retomar o resucitar, incluso este mismo año de 2006 si es posible, el pomposamente denominado Festival de Música Visual y tal y cual de Lanzarote. Sin duda, una buena noticia... para don Ildefonso Aguilar, claro, que vive sin vivir en él desde que le quitaron de la boca esa jugosa chupa (o chupete, dicho en peninsular).
Ustedes saben que, con motivo de la suspensión cautelar del invento en los últimos años, corrió el insistente rumor que hablaba de la terrible posibilidad de que el internacionalmente afamado, aclamado y celebrado Festival de Música Visual de Lanzarote (FMV para los amigos y demás personas piadosas) no pudiera o pudiese llevarse a cabo “más nunca” por un quítame allá unos milloncitos de pesetas de nada que el Cabildo conejero no estaba ya dispuesto a seguir invirtiendo “a fondo perdido” -nunca mejor dicho- en el feliz invento del genial y sin par (y menos mal que sólo es uno) don Ildefonso, ese pedazo de incomprendido pero siempre bien subvencionado artista. ¿O acaso no es puro arte vivir a todo tren a costa del erario público?
No más conocerse aquella abominable posibilidad que hablaba de la probable, presunta, posible o presumible suspensión del FMV, las clínicas de Psicología de Lanzarote no daban abasto a la hora de atender a los cientos (miles, quise decir) de pacientes afectados de repentinos ataques de pánico, ansiedad, melancolía y canguelo. Lo escribió Neruda, pizco más o menos: “Quítame el pan, si quieres, quítame el aire, pero no me quites el Festival de Música Visual, porque me moriría”.
Se pudo comprobar cuando se barajó tamaña posibilidad anti-FMV que se disparó al momento la venta de tranquilizantes y escupideras o bacinillas por todos los rincones de Lanzarote, la isla que tenía un nombre y una reputación en todo el mundo gracias, precisamente, a la celebración anal (anual, quise decir) del FMV. En la mismísima CNN International la noticia de la presumible cancelación por siempre jamás del Festival logró eclipsar la información sobre la post-guerra en Irak, no les digo más.
Yo mismo, si les soy sincero, les confieso a los sufridos lectores que llevo ya muchos meses, años ya, sin poder conciliar el sueño como es debido y como Dios manda, puesto que no me hacen efecto ni los somníferos ni las programaciones televisivas, que ya es decir.
Al respecto de tamaña osadía política, me reitero e afirmar a los cuatro vientos o puntos cardinales que don Ildefonso no se merece a esos políticos huérfanos o ayunos de sensibilidad cultural. Ni nuestros ágrafos políticos se merecen tampoco a Ildefonso, valgan verdades y vaya lo uno por lo otro. Ni ellos ni el resto de los lanzaroteños nos merecemos a alguien que está tan por encima del bien y del mal. Lo digo como lo siento: el iletrado pueblo de a pie no se merece el Festival de Música Visual. Lo dice el viejo dicho: no se hizo la miel para la boca del burro.
Desde aquí te lo digo, Ildefonso: no somos dignos de tan excelso Festival. No lo traigas más, por favor, aunque nos haga sufrir su ausencia... si bien no tanto como su presencia, puestos a contar verdades. (de-leon@ya.com).