Hacer aguas

Por Miguel Ángel de León

Entre tanta noticia mala (Inalsa haciendo aguas, dirigentes haciendo el tonto y mirando para otro lado, manifestaciones racistas en Tenerife, y suma y sigue en la alocada carrera de despropósitos), la buena nueva nos la vuelve a traer la lluvia, verdadero maná celestial para esta pobre islita rica sin gobierno conocido, excepto para los ninguneados vecinos de Arrecife, que en lugar de gozar sufren el agua por culpa de la manifiesta irresponsabilidad de los incompetentes de turno, de cuyos nombres no quiero ni volver a acordarme. En la "caos-pital" lanzaroteña, cuando las cuatro gotas de turno se convierten en cinco, se producen inundaciones, se revientan las alcantarillas, se ahogan las ratas... y esconden la cabeza bajo el ala los responsables políticos del eterno desaguisado que no lleva rumbo de corregirse más nunca, por decirlo en canario.

El miércoles de la semana en curso llegaron/cayeron las primeras lluvias más o menos "serias" de este otoño que hasta anteayer mismo estaba siendo cuasi veraniego (nada nuevo bajo el sol conejero, como saben de sobra los más viejos del lugar, que no creen en cambios climáticos ni en leches machangas puestas de moda por los que andan escasos de memoria). Y a la precisa y preciosa hora en la que escribo desde este Alto de Ajei (las siete de la tarde del jueves) vuelve a llover con cierta y bendita intensidad (ya estoy tardando en sacar el coche y perseguir las nubes negras, una de mis aficiones preferidas... sobre todo cuando el pobre Toyota lleva ya meses sin un mísero lavado de cara). A ver si se mantiene un buen ratito este tiempo que algunos llaman malo y que a otros se nos antoja como el mejor de los posibles. Que llueva, pues, aunque se ahoguen con el agua los malos administradores de Inalsa o los políticos indolentes de Arrecife. Que cada palo aguante su vela.

Tengo para mí que será el agua, precisamente, el elemento clave que puede aguarle la fiesta o la campaña electoral a muchos que yo me sé, sobre todo si las consecuencias de la lluvia, por la inconsecuencia política de aquéllos, llegan justito allá por las vísperas electorales del próximo mes de mayo de 2007. El agua, en forma de lluvia más o menos torrencial, puede desenmascarar la pésima o nula gestión de más de uno... y de una.

Sí, será por mayo. "Que por mayo era por mayo, /cuando hace la calor,/ cuando los trigos encañan/ y están los campos en flor;/ cuando canta la calandria/ y responde el ruiseñor;/ cuando los enamorados/ van a servir al amor;/ cuando cuatro gotas que caigan/ les van a sacar el color/ a directores generales/ y, por lo general, a todo dios".

Y el que avisa no es traidor, no. El que avisa es avisador.

...Y LO DE INALSA

En hablando de agua, otra que la hace y hace aguas es el antiguo Consorcio Insular de Aguas, actual Inalsa para los amigos y demás personas piadosas. La comisión de investigación (no se me ría nadie, por favor) que está previsto que se constituya hoy mismo ya huele de antemano a lo que suele oler todo paripé político: a tomadura de pelo a la ciudadanía. La misma ciudadanía, la mismita, que acabará pagando los millonarios destrozos en la gestión de los mismos políticos a los que sobrealimenta y que sólo saben que no saben nada... excepto quitarse de encima su propia responsabilidad y echar la culpa a otras siglas. Marear la perdir, que se llama. Bien se le puede aplicar a Inalsa y su actual situación la frase hecha de que entre todos la mataron y ella solita se murió... o se ahogó, para hablar con mayor propiedad. (de-leon@ya.com).