El día de la Bestia
Miguel Ángel de León
A la manifestación abiertamente racista, simplona y xenófoba del pasado domingo en Tenerife asistieron unos 2.000 desmemoriados desconocedores de su propia historia inmediata, según la Delegación del Gobierno. 8.500 según el Ayuntamiento santacrucero. 20.000 según los histéricos convocantes. De todo lo cual se deduce e infiere, a bote pronto, que alguien se saltó alguna clase de matemáticas o algún capítulo de Barrio Sésamo, allá cuando chinijos. En cualquier caso, muchos racistas, para mi gusto.
El número es lo de menos. Lo de más -lo que está de más, aquí y en Arguineguín- es la sola existencia de estos ejemplares poco ejemplarizantes. Y no digamos ya la de los políticos presentes, unos en cuerpo (PNC, CCN y otras siglas testimoniales), y otros en alma (CC,PP). Todos apuntados a la pesca de bajura en el río revuelto de la demagogia hecha carne electoral y el odio al extranjero, al menesteroso, al indocumentado... iba a escribir también al miserable, pero los miserables son los que odian, más que los odiados. Todos a por el puñado de votos de los más botarates del lugar, que suelen ser también los que más gritan.
Estuve en Tenerife justo la semana anterior a la sonrojante manifestación de este domingo. Y estuve, entre otros puntos geográficos a las faldas del padre Teide, en La Laguna, en la llamada Ciudad de los Adelantados, allí donde se asienta la Universidad primigenia canaria, y donde da clases de no sé qué algún profesor que, pese a su habitual inmodestia y presunción de amplios conocimientos, no debe haber aprendido todavía qué es exactamente eso de la Universidad, que en cualquier caso es todo lo contrario al odio o el rechazo del otro, del que sólo busca un lugar bajo el universal sol con el que alimentarse y alimentar a los suyos.
Con este profesorado, ¿a quién le puede extrañar que luego salgan de esas Facultades lo que consta sale? ¿Y la facultad para ayudar al desvalido, dónde la dejamos? ¿Qué Enseñanza es la que enseña a ensañarse con los infortunados, con los desdichados, con los desamparados? Te la regalo. A mí no me vale.
Con respecto a la manifestación racista y xenófoba de marras, encabezada precisa y cínicamente por una pancarta en la que se leía, textualmente, "No al racismo" (la bestia tiene miedo de mirarse en el espejo y reconocerse como tal), hay partidos políticos y presuntos líderes vecinales que nos han vuelto a avergonzar a la inmensa mayoría de los canarios (sí, la inmensa mayoría: los que no fuimos a la concentración de ciudadanos faltos de ciudadanía); profesores que nos han enseñado lo peor del ser humano: y periódicos (hago mal en pluralizar: en realidad sólo uno, el que se pasa El Día disparatando y disparando soflamas ultrainsularistas e insolidarias, pues tanto La Opinión de Tenerife como el Diario de Avisos editorializaron abierta y reiteradamente en contra de esa salvajada) que obligan a sus periodistas cuerdos -la mayoría- a lavarse las manos y a desentenderse de todo lo que dice su tronante director y editor.
En un muro de La Laguna alcancé a leer una pintada: "El Día... de la Bestia". Sí, de la misma bestia racista a la que azuza a diario esa cabecera sin cabeza, al igual que el maldito pleito insular, que tanto rédito editorial le ha dado. Que con su pan se lo coman, si no se les atraganta plato tan indigesto. (de-leon@ya.com).