El presidente de la Organización en Lanzarote deja claro que los fondos que los socios aportan se quedan en la Isla

En Cruz Roja esperan que los lanzaroteños no pierdan la confianza en las ONGs tras los escándalos de Anesvad o Intervida

Arturo Ramírez insiste en que las cuentas de la institución en la Isla están abiertas para que se pueda ver lo que se hace con el dinero

Si ya había mucha gente reacia a aportar dinero a las organizaciones no gubernamentales por temor a que esos fondos se quedaran en el camino, los recientes escándalos de Anesvad o Intervida, en los que presuntamente ha habido una apropiación indebida de capital no van a mejorar la imagen de estas ONGs. Lo que en ningún caso sería algo positivo es que por la codicia de unos, aquellos que realmente necesitan de la solidaridad de todos se vean privados de las aportaciones de los ciudadanos.

Arturo Ramírez, presidente de Cruz Roja en Lanzarote, no cree que los conejeros pierdan la confianza, aunque reconoce que cualquiera se entristece viendo cómo hay gente capaz de aprovecharse de la buena voluntad de los demás. Sobre el hecho de que en apenas unos días dos ONGs hayan salido a la palestra, explica que “no sé porqué ha pasado. Supongo que todas las asociaciones tenemos controles y auditorías externas y que es ahora cuando se han visto supuestamente unas irregularidades”. No obstante, Ramírez cree que es bueno que se haga este tipo de evaluaciones y confía en que todo haya sido un defecto de forma más que un robo manifiesto.

Tampoco es algo que esté beneficiando a los grupos que trabajan con ayuda humanitaria el hecho de parezca que en estos momentos hay varias coordinadoras de ONGs enfrentadas. De hecho, han aparecido declaraciones en prensa del presidente de Pequeñas y Medianas ONGs, Rafael Jariod, denunciando que se estaba produciendo una caza de brujas a aquellos grupos que no pertenecen a la Coordinadora de ONGs para el Desarrollo de España (CONGDE). Sobre esto, Ramírez asegura que “hay una sola Cruz Roja y no yo entiendo de coordinadoras”.

Quiere dejar claro que el dinero que aportan los socios de Cruz Roja Lanzarote se queda en la Isla y no se va a ningún otro lado y que todos pueden ver el destino de esos fondos. En cuanto a la polémica sobre esta guerra de coordinadoras, dice que “es normal que los grupos se unan para hacer fuerza pero a mí se me escapan estas historias”.

Voluntarios perjudicados

“Aunque todavía no haya una sentencia, el daño a esa ONG ya está hecho”, dice Arturo Ramírez que se lamenta de que el trabajo de muchos voluntarios haya pasado a un segundo plano a favor de un escándalo en el que ellos no han estado implicados. Supone que habrá socios que quieran retirar los fondos que aportaban pero pide cautela para que no se dé por hecho que todo el dinero ha sido mal empleado. De hecho, explica que “es mejor que salte la alarma y se realicen las auditorías para que los socios sean precavidos y sepan dónde tienen que dejar su dinero a que no se haga ningún tipo de control y que el dinero se lo queden unos pocos”. Ramírez cree que los lanzaroteños no van a dejar de aportar fondos “porque este tipo de ONG suele dar a las personas que colaboran información sobre el destino final de su dinero para que vean el trabajo que se está realizando en esa aldea”. Por ello, piensa que es “muy grave lo que ha sucedido de que sean varias personas las que estén apadrinando al mismo niño sin saberlo; eso son palabras mayores”. Insiste en que “prefiero pensar que eso no puede suceder, que ha podido haber pequeñas o grandes desviaciones de dinero pero de forma puntual”. No cree que una ONG pueda estar mucho tiempo defraudando dinero. Es más, asevera que “yo tendría más miedo a las ONGs localistas en las que los controles son mínimos”.

Miedo a dar dinero

Arturo Ramírez quiere que la gente no tenga ahora miedo a aportar su dinero porque no se fíe del uso que se va a dar de él. Explica que “algunas personas vienen con muchas inquietudes cuando han realizado algún viaje y han visto las malas condiciones en las que viven, sobre todo, los niños y son los que buscan ONGs que participen en proyectos en esa zona”. Aún así, cree que “la gente es muy inteligente y sabe dónde deposita su dinero, aunque eso no significa que no nos puedan engañar”. Es más, opina que los ciudadanos no han perdido la fe en los grupos de ayuda humanitaria y en concreto, en Cruz Roja Lanzarote se han triplicado los socios en muy poco tiempo, lo que revela la confianza que han generado entre los conejeros. “Eso se consigue siendo serios, coherentes y teniendo las cartas boca arriba ya que sin el apoyo económico y moral que nos aportan los vecinos y los voluntarios no podríamos hacer muchas cosas buenas”, asevera.

Misma vara para todos

De nuevo, en relación a las palabras de Jariod, que dice que “puestos a investigar la actividad de las ONGs, que se investigue a todas y con la misma vara de medir”, Ramírez se muestra extrañado y dice que “sólo puedo hablar por Cruz Roja y confirmo que anualmente se nos hacen dos auditorías, que espero que también se hagan al resto de formaciones”. Lo que piensa es que esta polémica entre coordinadoras lo único que hace es echar más leña al fuego y perjudicar el nombre de todas las agrupaciones. “Entiendo que los ciudadanos quieran dar el dinero a las ONGs pero insisto en que sean cautos”, comenta. Además, y sobre las palabras de Eduard Soler, presidente de la Federación catalana de ONG, sobre la obligación de que se suscriba un código ético y de conducta, Ramírez concluye con que “todas las ONGs tienen que tener estatutos y unos principios, que desde luego, Cruz Roja tiene y espero que suceda lo mismo con las otras organizaciones”.