La soledad del concejal
Por Eduardo Álvarez
Cuando se reparten las áreas de gobierno de cualquier Ayuntamiento o Cabildo, ¿se han preguntado ustedes cual es el criterio que se sigue a la hora de adjudicar las diferentes concejalías que les han tocado a cada grupo político que tenga la fortuna de poder administrar?
Esta claro, por lo menos para mi, que el criterio no esta basado, en muchas ocasiones, en parámetros de cualificación o profesionalidad del concejal o consejero asignado a cada área.
Hay departamentos municipales o cabildícios, concejalías o consejerías, que a priori son las menos apetecibles de todas las que les toca gobernar.
Unas son áreas en los que el lucimiento personal es complicado a vista del ciudadano. Otras son demasiado complejas o complicadas que tampoco dan pie a que el responsable salga muy airoso de su gestión, por razones mas que evidentes.
En ambos casos, ¿los partidos políticos ponen al frente de las mismas a los concejales mas cualificados para dirigirlas con garantías?
Lamentablemente, en la historia reciente de Lanzarote, hemos observado como la premisa básica para ejercer un cargo no se cumple en muchos de los casos.
No voy a entrar a valorar las listas electorales de los partidos porque eso nos llevaría mucho tiempo y al final nos podríamos llevar las manos a la cabeza si nos damos cuenta de por que clase de personas estamos gobernados. Y no me refiero a su calidad personal o humana, que en todos los casos esta fuera de toda duda o discusión.
Dentro de lo que hay en cada Ayuntamiento, seria deseable que los cargos se repartieran entre los diferentes concejales en función de su valía profesional, su preparación y, fundamentalmente, por su experiencia política.
¿Ustedes ven lógico que una de las áreas mas complicadas, difíciles y problemáticas de todas cuantas componen la estructura de un Ayuntamiento, sea encargada de gestionar al concejal mas joven y con menos experiencia política de todos los que forman parte de la corporación municipal?
Pues lamentablemente eso es lo que ha sucedido en Lanzarote.
La autentica bestia negra de las concejalías de un ayuntamiento se la han adjudicado al concejal que reúne esos requisitos que he mencionado.
Curiosamente y esto no suele ser lo habitual, el responsable de este departamento es el concejal con mayor cualificación profesional de todos los de su grupo político. El problema no radica en la falta de preparación del concejal, que es mas que adecuado para cualquier departamento que se la designe, sino en que el área que le ha tocado requiere algo mas importante que la formación universitaria. Requiere experiencia. Y aquí es por donde falla esta adjudicación.
Pero esto no seria un obstáculo insalvable si no fuera por la absoluta soledad en la que se encuentra en el desempeño de su trabajo diario. Solo ante el peligro es como le han dejado sus propios compañeros de corporación.
Para poder lidiar con un Vitorino o un Miura es fundamental que la cuadrilla te prepare el toro, te lo debilite, lo amanse y lo coloque un lugar del ruedo donde el maestro pueda llevar a cabo una faena que lo haga salir por la puerta grande.
Aquí ha pasado todo lo contrario. Ha tenido que ser el maestro el que lo haga todo, desde que el toro sale de la dehesa hasta que se lo llevan por la puerta remolcado por los caballos una vez que le han metido el estique hasta el fondo.
Esta claro, por lo menos en este caso, que los partidos políticos nunca van a permitir que se quemen las vacas sagradas pudiendo hacerlo los becerros, por mucho futuro que puedan tener. Becerros a los que les costaría muy poco abandonar la finca si no fuera porque desde fuera algunos les apoyan sin condiciones.
Analicen en profundidad este texto y se darán cuenta de a quien me refiero, que partido, que ayuntamiento y sobre todo, que concejal es el que esta padeciendo esta situación y comprenderán mucho mejor la dificultad de su trabajo y aprenderán a valorarlo a pesar de las criticas interesadas que pueda haber en torno a su gestión.