La Audiencia declara que hubo 'inveracidades' en el informe del ácido bórico, pero no delito
La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto de falsedad documental al comisario general de Policía Científica, Miguel Ángel Santano, y a los tres mandos de esa Comisaría que alteraron un informe pericial sobre el ácido bórico hallado a un acusado del 11-M, Hasan Haski.
El tribunal afirma que al informe inicial, realizado por el perito Manuel Escribano junto a dos compañeros y en el que se reseñaba que esa misma sustancia química fue encontrada en un piso franco de ETA, "se incorporaron inveracidades" introducidas materialmente por el jefe del laboratorio, Francisco Ramírez, pero conocidas tanto por Santano como por su número dos, Pedro Mélida, y por José Andradas.
Entre esas "inveracidades" destaca que Ramírez figuraba como autor de la pericia, aunque en realidad no efectuó ninguna de las técnicas analíticas ni se hizo cargo de las muestras.
No obstante, la Sala considera que esas alteraciones, calificadas de "irregularidades administrativas", fueron "inocuas", por lo que les exime del delito de falsedad. Los magistrados basan la irrelevancia de las manipulaciones en que las observaciones incluidas por Escribano carecían de "rigor científico" y eran "especulaciones".
Pese a la exoneración, la actuación de la cúpula de la Policía Científica merece serios reproches de los jueces. La sentencia indica que "llama enormemente la atención, incluso puede calificarse de sorprendente, que por altos cargos de una Comisaría General de Policía, para dar una respuesta científica a una petición de análisis, se opte por una solución tan inadecuada e incorrecta" como manipular con inveracidades un informe con el que no estaban conformes.