sábado. 20.04.2024
El pub El Covento de la calle José Antonio, responde ante la Justicia por los problemas de insomnio del demandante, Pablo Betancor

Visto para sentencia el primer juicio de la provincia por los ruidos de los bares

La Fiscalía pide dos años y medio de prisión y considera probada la implicación del dueño y el encargado del local, mientras que la defensa solicita la absolución de los acusados al entender que no se puede demostrar que los ruidos proviniesen del pub

Fotos: Anabel Navarro

La querella interpuesta por el presidente de la Asociación Contra el Ruido de Lanzarote, Pablo Betancor, contra el pub El Convento, ubicado en la calle José Antonio de Arrecife quedó este martes vista para sentencia.

Se trata del primer juicio que se celebra en la provincia de Las Palmas por un presunto delito contra el medio ambiente en su modalidad de emisión indebida de ruidos con riesgo para la salud de las personas. La Fiscalía y la acusación particular consideran probada, a tenor de las pruebas que se presentaron, la responsabilidad del administrador único del local, P.S.G., y del encargado, V.L.M., en el trastorno del sueño que sufre Pablo Bentacor debido al ruido que se genera de la explotación de este local de ocio de Arrecife. Por ello, la Fiscalía solicita dos años y medio de prisión, una multa de dieciocho meses a razón de seis euros al día, la inhabilitación para ejercer la profesión de hostelería por un tiempo de tres meses, las costas del pleito, así como la clausura definitiva del local. Asimismo, pide una indemnización para todos los vecinos del inmueble. Por su parte, la acusación particular solicita además una pena de cuatro años de prisión para los imputados por lesión de la integridad física y moral.

No obstante, los abogados defensores de P.S.G. y V.L.M. estiman que no se puede llegar a una sentencia condenatoria, ya que consideran que el único hecho que se puede probar es el incumplimiento del horario de cierre del local, algo que sólo conlleva una sanción por la vía administrativa.

La defensa del dueño del local destacó que “es un despropósito que se intente achacar el ruido de la calle José Antonio a un solo local”, postura similar a la de la defensa del encargado del local, quien indicó que “no cabe ninguna duda de que la sentencia ha de ser absolutoria” por la condición de trabajador del acusado y por la imposibilidad de demostrar que el foco del ruido que generó los problemas de disomnia de Pablo Betancour se deban “únicamente” al local El Convento.

Los hechos

Pablo Bentacor adquirió la vivienda en la que reside en la calle José Antonio antes de que comenzara la actividad de ocio nocturno que se desarrolla actualmente. A partir del año 1995, según declaró Betancor, comenzó a denunciar públicamente los ruidos que se generaban en la zona por la explotación de los bares de ocio nocturno.

Según una medición realizada el 10 de septiembre de 2005 por un técnico del Servicio de Actividades Clasificadas del Cabildo de Lanzarote, en el interior de la vivienda de Pablo Betancour se registró un volumen de entre 32, 20 y 43,60 decibelios y, en otra medición realizada posteriormente, otro de entre 33,70 y 46 decibelios. Un volumen que supera el límite de 30 decibelios que estipula la ley.

La presidenta del comunidad de vecinos, que acudió a declarar en calidad de testigo, y el denunciante Pablo Betancor definieron el ruido como “el de unos tambores” que, según este último, hacen incluso vibrar la mesita de noche del cuarto mientras duerme. Para ambos afectados, no cabe la menor duda de que el ruido procedía de la música El Convento, ruido que se trasmitía a través de la estructura del edificio, que linda con el pub.

Sin embargo, los abogados de los acusados articularon su defensa en el hecho de que no se puede demostrar que el exceso de volumen se deba sólo a la música de El Convento. Además arguyeron que el propietario del local había procedido a instalar en su pub un limitador de sonido que, según declaró el administrador del producto, “es técnicamente imposible que supere los límites”. A esta circunstancia se le une la buena voluntad del dueño del local, que destaca la defensa, por evitar causar daños a los vecinos al realizar una obra de insonorización del local, una obra que, según destacó un ingeniero, era correcta al menos en el proyecto, aunque éste no pudo precisar si también lo fue en su posterior ejecución.

El informe de la Fiscalía achaca “a la exposición continuada, periódica y prolongada en el tiempo” los trastornos del descanso que padece Pablo Betancor, además de ansiedad. Una médico forense y una psicóloga declararon en el juicio para mostrar la posible relación entre estos daños psicológicos y la emisión de ruidos del pub El Convento. Un extremo que también trató de desmontar la defensa de ambos acusados. “La sintomatología es subjetiva”, afirmó la forense, quien sólo pudo confirmar que la ansiedad disminuyó gracias a un tratamiento que tomó Pablo Betancour y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que “a partir de 30 decibelios el sueño no es reparador”. Por su parte, la psicóloga tampoco pudo certificar que la causa de la ansiedad y el estrés del denunciante se pueda atribuir, con total seguridad, al ruido.

Así, la defensa del propietario del local destacó el “exquisito” criterio de éste, ya que el local cumple todas las normativas, cuenta con un limitador de ruido reglamentario, además de “ser pionero en su instalación” y cuida el cumplimiento de las normas “a rajatabla” al evitar que los clientes salgan del local a la calle con bebidas.

No obstante, dos policías locales certificaron que el pub incumplió el horario de apertura, ya que comprobaron e interpusieron una denuncia al establecimiento porque permitía la entrada de clientes a las 5.20 horas, cuando sólo puede hacerlo, por el permiso que tienen, hasta las 5.00 horas.

Pase lo que pase con la sentencia de este pleito, el combativo Pablo Bentacour volverá a los tribunales próximamente para denunciar al Ayuntamiento de Arrecife por un presunto delito de prevaricación.

Visto para sentencia el primer juicio de la provincia por los ruidos de los bares
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