Pedro San Ginés insta de nuevo a España y Marruecos a que busquen una solución que permita a Aminatou Haidar regresar al Sáhara Occidental
El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, volvió a pedir este viernes a las autoridades españolas y marroquíes, después de que lo hiciera oficialmente el pleno de la Corporación la pasada semana, a que alcancen un acuerdo que permita ofrecer una salida a la situación de Aminatou Haidar, conocida defensora de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental, que se encuentra en huelga de hambre desde hace doce días, después de que el Gobierno de Marruecos le impidiera la entrada en el país, le retirara el pasaporte y la enviara al aeropuerto de Lanzarote.
San Ginés apeló a la legalidad jurídica internacional para que se resuelva un problema que “entendemos que es de los gobiernos de España y Marruecos que son quienes deben buscar una solución que pasa por permitir que Aminatou Haidar regrese a su residencia en el Sáhara Occidental, de donde fue expulsada y donde se encuentra su documentación”.
El máximo responsable de la Primera Corporación Insular apuntó que, al margen de la flagrante vulneración de los derechos civiles y democráticos y de la legalidad internacional en el caso de Aminatou Haidar, existen otros motivos de tipo humanitario que exigen la rápida solución al problema creado por la complicidad del Gobierno español ante la actuación de su homónimo alauita. En este sentido, Pedro San Ginés manifestó su preocupación por el estado de salud de la activista saharaui, que se ha ido deteriorando a medida que ha ido sumando días a su huelga de hambre que mantiene desde hace doce días apuntando que “los gobiernos afectados no debería dilatar en el tiempo su decisión final por cuanto está en peligro la vida de un ser humano”.
Al margen de las razones esgrimidas con anterioridad, San Ginés también quiso hacerse eco de la preocupación de los distintos operadores turísticos de la Isla que se han dirigido al presidente del Cabildo de Lanzarote para mostrar su inquietud y malestar por el daño que la situación “motivada por la incapacidad diplomática de los gobiernos afectados” está causando a la imagen de la Isla en el exterior en cuanto a su rol como destino turístico vacacional.