Balance negativo de la vendimia de este año, pese a la buena calidad de los 1.683.664 kilos de uva recolectados

Miguel Martín pide que se proteja la rentabilidad de los viticultores para evitar el abandono de los viñedos

Según el presidente del Consejo Regulador, existen 500 hectáreas menos de cultivos que en 1999

“Hay viticultores que se van retirando y los hijos que vienen detrás no tienen el suficiente aliento para continuar con la actividad”. Con estas palabras, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los vinos de Lanzarote, Miguel Martín, manifestaba este miércoles que la cifra de hectáreas de cultivo de uva abandonadas en la Isla puede aumentar si las administraciones competentes no toman medidas para proteger la rentabilidad de los viticultores.

De hecho, el número de hectáreas ha disminuido en 213 con respecto al año pasado. La cifra es aún más desalentadora si se compara el número de hectáreas cultivadas en 1999 con el de 2007, pues existen hoy en día en la Isla casi 500 hectáreas menos que entonces.

El paulatino abandono del cultivo de la viña es un grave problema. No sólo representa una importante fuente de ingresos para bodegueros y agricultores, sino que además es clave para la protección de un paisaje único.

En este sentido, Martín expresó su “disconformidad” con el seguro agrario de los viñedos, pues “es caro y sólo un viticultor de los alrededor de 1.700 que existen en Lanzarote se ha hecho con este seguro que consideramos negativo, ya que no se adapta ni a la realidad de la producción de Lanzarote, ni a la rentabilidad económica del sector”.

Asimismo, el presidente del Consejo Regulador informó de que ha transmitido a la consejera de Agricultura del Gobierno de Canarias, Pilar Merino, la situación del sector vitivinícola de Lanzarote. “Si queremos salvar La Geria debe de haber una ayuda complementaria a las pérdidas por la ola de calor para proteger el espacio del viñedo”, indicó Martín.

Los datos de la cosecha de este año

La cosecha de este año, cuya última pesada en bodega se realizó el pasado 8 de septiembre, ha dejado 1.863.664 kilos de uva. Si se compara con la cifra que se obtuvo en la anterior cosecha de 2006, en la que se recogieron 3.516.764 kilos, resulta una disminución de la producción en torno al 52 por ciento.

Miguel Martín achacó, como bien se sabe en el sector agrícola, esta disminución de la producción a la ola de calor que se dio a finales del mes de julio, hecho al que se sumó otra condición climatológica adversa: la lluvia, que acabó de echar a perder la cosecha de este año, sobre todo en La Geria.

La calidad, intacta

No obstante, señaló que la calidad de los caldos ha permanecido intacta, pese al riesgo que suponían las altas temperatura para la graduación alcohólica de los vinos y la falta de homogeneidad del racimo, en el que se han podido encontrar uvas muy deshidratadas y otras en estado óptimo.

Martín advirtió de que “no tenemos que bajar la guardia por tener suficiente vino para dos años más”, ya que todavía quedan 5.600.000 botellas en las bodegas si se tiene en cuenta la producción de este año. “Seguramente la producción de 2008 va a ser también bastante corta, puesto que la viña está muy afectada por el calor, sobre todo en la zona de La Geria”, apuntó Martín, quien añadió que “esperemos que llueva bastante y se pueda recuperar el viñedo”.

Respecto a la situación deficitaria del vino, Miguel Martín indicó que “creo que debe haber concienciación de los sectores de la hostelería y la alimentación, además de que las bodegas del Consejo Regulador tienen que sacar al mercado vinos competitivos y de calidad”.