Tras diez años de espera, el diputado lanzaroteño del PP Francisco Cabrera consigue con una Proposición No de Ley que el Estado financie con recursos públicos el dragado del Lago Verde

La Comisión de Medio Ambiente autoriza en el Congreso el dragado del Charco de Los Clicos

La PNL del PP ha recibido 38 votos a favor y la abstención de IU. Francisco Cabrera confirma que el Estado licitará las obras, que durarán unos cinco meses, antes de que termine el presente ejercicio. La Comisión de Alimentación y Agricultura aprueba también incorporar la batata en la lista de organización de productores

El diputado lanzaroteño del Partido Popular (PP), Francisco Cabrera, ha confirmado este miércoles a Crónicas que el la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los diputados ha aprobado este 15 de octubre, por 38 votos a favor, ninguno en contra y la abstención de IU el dragado del Charco de Los Clicos, al sur de la Isla, cuya licitación definitiva espera Cabrera que sea una realidad antes de que termine el presente ejercicio 2014.

Tras diez años de espera desde que la petición del proyecto entrara en las Cortes Generales, Cabrera ha explicado a este diario que el Ministerio de Medio Ambiente ha accedido a aprobar una Proposición No de Ley (PNL) en la que el diputado lanzaroteño lleva trabajando durante el último año.

Según el diputado lanzaroteño, finalmente el Estado financiará con recursos públicos el dragado del Lago Verde, ya que el Gobierno español ha rechazado la fórmula público-privada de financiación de la que hace algunos meses se habló, y asegura que respaldará el proyecto con casi medio millón de euros de los presupuestos de 2014. Con ello, el proyecto deberá sacarse a licitación pública o adjudicarse antes de que finalice el presente ejercicio.

La protección del cultivo de la batata, aprobada también en la Comisión de Agricultura

Por otro lado, el propio diputado nacional del Partido Popular ha presentado este mismo miércoles en la misma Comisión una iniciativa, que también ha salido adelante, instando al Gobierno a “adoptar las medidas necesarias para que la batata sea tenida en cuenta a la hora de decidir las prioridades para desarrollar la normativa nacional necesaria para la constitución de organizaciones de productores”.

En la actualidad, recuerda el Grupo Popular en el Congreso, la batata está excluida de la dicha normativa, lo que impide que los productores de este tubérculo tan abundante en Canarias, y más concretamente en Lanzarote y el municipio de San Bartolomé, tengan amparo legal para constituir asociaciones para la defensa de sus intereses.

Una petición que en reiteradas ocasiones han trasladado al diputado lanzaroteños los propios miembros de las asociaciones agrarias de la isla, tanto de producción tradicional como ecológica, y que finalmente será debatida muy pronto en la comisión de Agricultura del Congreso.

Según destaca Cabrera, “a pesar de que es un cultivo con variedades muy extendidas incluso por la península, lo cierto es que la batata no goza de la protección que sí tienen otros productos agrícolas y producciones ganaderas en España y en el seno de la Unión Europea”.

En este sentido, reconoce que “se impone modificar la normativa nacional y comunitaria para fomentar la producción de la batata, que claramente es merecedora de apoyo institucional para consolidar definitivamente una rentabilidad económica, social y paisajística apropiada y justa”.

La importancia del cultivo de la batata en Canarias

En su iniciativa parlamentaria, el diputado lanzaroteño ha querido destacar la especial relevancia que tiene este producto en determinados territorios, como es el caso de Canarias, debido a que es de fácil producción y se da tanto en terrenos arenosos como en el conocido como tradicional “cultivo en jable” de nuestra isla.

Para Cabrera, éste es un cultivo que se está potenciando por razones de oportunidad ante la clara demanda de la industria alimentaria y también, y esto es determinante, como planta agroambiental y paisajística, al adaptarse su cultivo a zonas donde difícilmente otros cultivos más tradicionales han fracasado.