Urdangarín y el rey
1.- Ha causado cierta desazón nacional, es decir, cierta alarma social que le dicen, la visita de Urdangarín a su suegro, en el lecho del dolor de este último. Vamos a ver. Este es un país de rumores reales. Ya vieron lo que publicó "The New York Times" sobre la fortuna del rey, un monarca que llegó pobre al trono. El encuentro madrileño fue, en todo caso, una reunión de dos hombres con fortuna. Pero, pasta gansa aparte, yo no veo mal que el rey vea a su yerno, por cierto muy acabadito de aspecto. Si el deterioro sigue y don Juan Carlos se recupera, Urdangarín va a parecer su abuelo. La familia real, incluido el yerno problemático, visitó al monarca doliente y a nadie debe extrañar eso. Es más, me parece bien. Porque, además, Urdangarín es un presunto delincuente, no un delincuente confeso; es decir, debe disfrutar, como todo el mundo, de la presunción de inocencia. Lo que pasa es que este país, en masa, se ha puesto a cuchichear y en los programas mariconiles de Tele 5 no se habla de otra cosa.
2.- Porque esta cadena se pasa el día haciendo apología de los mariconzones que pululan por sus pasillos y, de vez en vez, se mete con la Casa Real. Yo, que soy republicano, cada vez que los oigo me vuelvo monárquico, pero monárquico de Urdangarín, tal es el rechazo que me producen sus comentarios tan burdos, incluidos los de Jaime Peñafiel , chocho y descabellado. Con la que nos está cayendo y media España hablando de Urdangarín y del rey, en vez de descubrir, de una vez, quién tiene más en Suiza, si Mas , si Pujol , si quién.
3.- Menos mal que la que llaman "princesa del pueblo", una tal Belén Esteban , regresa a la televisión para embadurnarnos de cultura; y esta reentrada sí constituye motivo de orgullo y satisfacción (¿dónde habré oído yo esta frase tan redonda?). Hombre, hubiera sido más raro que, en vez de Urdangarín, al rey lo hubiese visitado la becaria Belén Esteban, pero todo puede ser. Así que lanzo la idea. En esta España de encontronazos verbales y despropósitos ancestrales no estaría de más una pausa. Ocurre que la revoltura ha sido tan grande y tan intensa que los coletazos tardarán en irse. A mí me cae muy bien la reina Sofía ; dicen que es un poco estirada, pero no me lo parece. Ella, siempre que le preguntan, habla; mete poco la pata y me da que ha salvado al rey de muchas, yo diría que de muchísimas. Y es que detrás de un gran hombre siempre hay una mujer asombrada. Yo, qué quieren que les diga, en esta pugna nacional de ricos estoy con el pelotari; o el balonmanari, mejor dicho. Urdangarín me cae bien, incluso cuando huye de los fotógrafos, que son unos plastas.
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